Cuando la mentira es habitual en nuestra vida, hay algo que no funciona. “Al principio hay una autojustificación del por qué de la mentira, pero luego ese paso se obvia y ya se miente, engañándose asimismo y después a los demás”, indica Álvarez. Detrás de esta conducta, de mentiras continuas, se suele esconder, en muchos casos, “una necesidad de no ser excluido, de ser aceptado, de caer bien” en cada momento, en el fondo, se trata de un problema de autoestima.