En nuestros informativos es difícil, si no imposible, ver imágenes de esta nueva guerra. No las de promoción gubernamental, sino aquellas con sangre, miembros arrancados, ciudades destrozadas, familias rotas, niños muertos... Estoy preparado para eso, y para sentir dolor y nauseas. Los medios no deberían negarnos imágenes duras de Afganistán: añaden toneladas de valiosa información a la aseada y pulcra imagen que el Gobierno ha querido dar del conflicto. Grupo en facebook:
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