Hace 11 años | Por melvinudall a diariodelviajero.com
Publicado hace 11 años por melvinudall a diariodelviajero.com

Todos los viajeros, en alguna ocasión, han experimentado lo que voy a describir: llega a las ruinas de la ciudad inca de Machu Pichu, por ejemplo, y siente que hay demasiados turistas, que se está saturando el lugar, que se está pervirtiendo su pureza. Y, encima, no muy lejos, es posible que uno pueda comprar Coca Cola, o quizá haya una franquicia de McDonalds homogeneizando el entorno. Esta sensación, de hecho, cada vez es más frecuente.

Comentarios

D

Y lo absurdo que es quejarse de masas de turistas cuando uno mismo forma parte de esa masa.

D

#1 Algunos nos quejamos no de la cantidad sino del modo de viajar de la gente, del degaste y del consumismo.

Ferran

De hecho en Machupichu hay el acceso a un monte restringido a un número de personas diarias... sólo para los primeros madrugadores.