Hace 12 años | Por prometeo79 a protegeatushijos.org
Publicado hace 12 años por prometeo79 a protegeatushijos.org

El 80% de los bienes histórico-artísticos nacionales pertenece a la curia católica; pero nadie sabe en realidad la cuantía del total del patrimonio eclesiástico. En Roma, un tercio de los edificios son propiedad del vaticano. La “santa sede” es propietaria de acciones en la General Motors, IBM y Disney… y el valor de sus inversiones en empresas de telecomunicaciones, servicios, bancos y aseguradoras sobrepasa los 12,000 millones de Euros. Relacionada: Los escalofriantes datos de la Iglesia Católica
Publicado hace 12 años por Mauro_Nacho
a cuerposfeministaslaicos.wordpress.com

Ante el fervor “popular” que recorre Madrid con motivo de la llegada del Papa, hoy y gracias a un ar [...]

Comentarios

D

Vigilad a vuestros hijos, el día 18 en Madrid camparán a sus anchas hordas de obispos salidos

e

Tendencia: cada iglesia, un foco de recaudación. Locales eclesiásticos convertidos en tiendas de moda, locales heredados de fieles que hicieron donaciones a la Iglesia para "cuidar de los pobres y ancianos " reconvertidos en especulaciones inmobiliarias, mientras las radios municipales de Ciutat Vella de Barcelona reclaman "ayudas para el templo del señor..." Francamente, lo que la Iglesia està haciendo está más cerca del Pocero que de San Francisco de Asis, y aunque yo sea ateo, no lo digo con desprecio, sino con el miedo de estar ante una colosal estafa, que con el tiempo explotará. Dios? A quién le importa Dios, sin facturación?

KurtCobain

Ni una sola fuente para respaldar lo que dice.

millanin

Habrá que hacer una buena desamortización.

D

#2 OLE OLE, BRAVO BRAVO, CHIKITUN CHIKITUN OLEEEEEEE

D

Una comida diferente por Paco Robles.

Pagó la última ronda de unas cervezas que le habían sentado divinamente después de una intensa semana de trabajo, se lo habían pasado bomba despotricando del viaje del Papa, de la hipocresía de la Iglesia, de todo lo que les pedía el anticlericalismo que los unía como la amistad que se profesaban y que les servía para estar colocados en la misma empresa pública de la Junta. Se fue a casa para comer algo antes de echarse una buena siesta, pero de camino se encontró con un olor que lo llevó directamente hasta el paraíso efímero de su infancia. Un olor a cocido, a caldo humeante, el aroma que lo recibía cuando llegaba a su casa después del colegio, con su madre atareada en la humilde cocina donde la olla hervía sin cesar.
Entró en un local que le pareció un restaurante modesto, pero con encanto; iba distraído, pensando en el Informe Técnico sobre Prevención de Riesgos Psicosociales de las Personas Expuestas a Situaciones de Disrupción Económica Familiar que le habían encargado en la empresa pública donde trabaja. En realidad, no era un restaurante; sino un autoservicio frecuentado por gente de toda condición. Había personas ataviadas a la antigua usanza, junto a individuos solitarios que vestían según las normas alternativas del arte povera. De pronto abrió los ojos y se quedó pasmado al comprobar que, quien le servía la comida en la bandeja, era una monja. Aquello era un comedor social y se vio rodeado de eso que nunca se nombra en los informes ni en los dosieres que prepara: pobres.
Quiso retirarse; pero la monja no lo dejó. Le sonrió y le dijo que no se preocupara, que la primera vez es la más complicada, que no debía avergonzarse de nada, que el cocido estaba buenísimo y que, de segundo, había filete empanado; que no se perdiera las vitaminas de la ensalada ni de la fruta, y que podía rematar la comida con un helado de los que había regalado una fábrica cuyo nombre obvió. Se vio sentado a una mesa donde un matrimonio mayor, y bien vestido, comía en silencio, sin levantar los ojos de la bandeja. Enfrente, un tipo con barba descuidada sonreía mientras devoraba el filete empanado y le contaba su vida; había perdido el trabajo, el banco se había quedado con su casa, después del divorcio no sabía a dónde ir; menos mal que las monjas le daban comida y ropa, y que dormía en el albergue bajo techo. «Al final, he tenido suerte en la vida, compañero; así que no te agobies, que de todo se sale…»
No podía creer lo que estaba sucediendo. Nadie le había pedido nada por darle de comer, ni le habían preguntado por sus creencias. Se limitaban a darle de comer al hambriento, sin adjetivos. Al salir, no le dio las gracias a la monja que le había dado de comer. Pero no fue por mala educación, sino porque no podía articular palabra. Una inclinación de cabeza. Ella le contestó con una sonrisa leve. «Vuelve cuando lo necesites y, si no estoy, di que vienes de parte mía. Me llamo Esperanza».
Pregunta:
¿Hay algún comedor social regido por ateos o por los sindicatos?

D

#1 Me cagüen tus muertos y en toda tu puta familia y en tu puta calavera, hijo de la grandisima reputa. Cerdo asqueroso. Gracias.

D

#3 ¿Comedores sociales de ONG's?
Dimite el director de Oxfam en Haití en medio de una investigación a su equipo por negligencia

Hace 12 años | Por --186192-- a telecinco.es

Hay que decirlo todo y no solo valen ciertas generalizaciones. O valen todas, o no vale ninguna.

lestat_1982

#1 Espero que no te refieras a Cáritas, porque el dinero que les llega de la iglesia es testimonial, de hecho le sale muy rentable, en el 2010 donó 4 millones de los 6000 y el estado le devuelve 250 del irpf
El Estado da a la Iglesia 250 millones del IRPF de los 6.000 totales que recibe. La Iglesia dona 4 millones a Cáritas

Hace 13 años | Por --171006-- a lasmalaslenguas.es

#6 Que quieres decir que en la iglesia no pasa de eso?

D

#10 La Iglesia, los partidos políticos, los sindicatos, los clubes de fútbol,...

perrico

Y para postre viudas con pensiones de 400 Euros dando de lo poco que tienen al cepillo de la iglesia.
Es que la iglesia tambien necesita calderilla, que pagar los gastos mundanos con edificios y crucifijos de oro es de mal gusto.

#1 Caridad es currar y de lo que ganas repartir. Algún caso hay en la iglesia.
Lo que no es caridad es pedir con la mano izquierda y de ahí repartir con la derecha a quien tu consideres oportuno. Eso es hacer de intermediario y decidir a quien si y a quien no, haciendo proselitismo por el camino. Y de eso hay muchisimo en la iglesia.

polvos.magicos

#1 Por favor, todos somos carítativos con el dinero de los demás o es que acaso crees que la iglesia saca de su bolsillo el dinero que emplea en comedores sociales?, sale de nuestros impuestos mediante subvenciones.

Cide

Jolín, muchos de los que os habéis posicionado contra el comentario #1 no habéis pisado un comedor social nunca, me temo. Allí no sólo se es solidario con dinero. Hay gente que pasa la mañana entera cocinando, organizando, sirviendo.

En fin, que sé que menéame no es un buen lugar para hacer ningún tipo de defensa de la iglesia católica, pero vaya, que un porcentaje muy alto de labor social en España lo hace la iglesia le pese a quien le pese.

Yo soy católico y estoy en contra de los desmanes, la pederastia, la JMJ y espectáculos similares, y de los dogmas rígidos (yo uso condón, por si a alguno le interesa). Pero he conocido una iglesia de base que no tiene nada que ver con eso y que es mucho más democrática, abierta y generosa que lo que sale en los medios. Pero esa iglesia parece que no interesa sacarla en los telediarios.

B

#1 ¿Hay algún comedor social regido por ateos o por los sindicatos?


Sí, por ejemplo en mi pueblo tenemos una asociación que todos los días reparte comida a los necesitados. Por desgracia, muchas veces no tenemos suficiente para todos los que vienen