Hace un año, la guerra que el presidente Bashar al Assad parecía haber ganado dio un giro inesperado. Una fuerza rebelde había irrumpido desde Idlib, una provincia siria en la frontera con Turquía, y avanzaba hacia Damasco. Dicha fuerza era liderada por un hombre conocido como Abu Mohammed al Jolani y su grupo miliciano, Hayat Tahrir al-Sham (HTS). Pero ese era un nombre de guerra que evocaba las raíces de su familia en los Altos del Golán, las tierras altas del sur de Siria que Israel ocupó en 1967 y posteriormente anexó.
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El otro día en tv haciendo un panegerico de lo bien y alegres que estaban los sirios celebrando el año de libertad y el corresponsal denunciaba los muertos en fosas comunes. Y así toda la prensa con grandes titulares. ¡Y lo dicen mientras su país aún guarda cientos de asesinados en las cunetas por el golpe franquista-fascista!.
Quien iba a decir que aliarse con el Kremlin podria salir tan caro... a ver quien es el próximo tonto en caer.