Hasta hace medio siglo las noches de la ciudad contaban con unos personajes que desempeñaban varias funciones útiles para el ciudadano. Eran los serenos, hasta que a últimos de los 70 se pusieron de moda los porteros automáticos, y se montaron cerraduras para llaves pequeñas. Uno de esos serenos de la ciudad de Zaragoza fue Pascual Salvador, que ejerció su profesión desde el año 1966 hasta que llegó su jubilación. En el año 2009 me acompañó en la recreación de una de sus rondas nocturnas. Monesma documentales
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