Cuando los niños entran en primer curso de educación infantil, muchos aún no controlan el esfinter con virtuosismo. Resultado: niño cagao, profesor que se niega a cambiarle el pañal porque no es su trabajo y padres que tienen que salir del trabajo para hacerlo. Tal y como están las cosas, la lucha entre padres y profesores por ver quién le cambia el pañal puede llegar a los tribunales.
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