El GPS es un invento la mar de útil pero hay que tener cuidado, porque a veces no nos entendemos bien con él y pueden pasar algo como lo que le ocurrió a una pareja de Nevada, que se quedó tres días en mitad de ninguna parte por hacer caso del dichoso navegador. Salvaron la vida por varias razones, pero la primera de ella es porque, después de tres días, las condiciones atmosféricas cambiaron lo suficiente como para que su teléfono móvil cogiera una débil señal y pudieran enviar a la Policía las coordenadas que les ofrecía su GPS.
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