Parecía una redacción inocente, escrita por encargo de un profesor, un derroche de imaginación hasta que, trágicamente se convirtió en realidad. Cho Seung-hui, el estudiante surcoreano que protagonizó en abril la mayor tragedia de un centro escolar en EE UU al matar a 32 compañeros de la Universidad de Virgina Tech, había hecho un "anteproyecto" de la matanza y lo había entregado a su profesor de Lengua.
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