Hace 9 años | Por --475692-- a twitter.com
Publicado hace 9 años por --475692-- a twitter.com

El escritor dejó estas declaraciones en Twitter refiriéndose a los ediles del grupo municipal Somos Corvera, que ha optado por suprimir el uso del masculino para hablar sólo en femenino. (Noticia completa, medio AEDE: http://www.elcomercio.es/asturias/mas-concejos/201507/24/perez-reverte-estalla-contra-20150724185653.html)

Comentarios

D

#6 Es una microagresion micromachista.

D

#6 Pardana, para astás aquabacada, las majaras na san tantas, asá qua sa puada ascrabar tonto, hombres tontos, majaras listas, vala?

borteixo

#15 mamata alpana darrapanta

Delapluma

#6 ¡Qué hartura, d. Arturo!

D

¿Cómo es posisblegallirgallir que aparezca como destacado un comentario con más negativos que positivos?
#6 tiene 131 karma 13 positivos y un solo negativo.
#7 tiene 40 karma 5 positivos y 6 negativos.
Menudo pucherazo.

Disculpen el off topic, pero es importante.

yemeth

#41 Los comentarios de gente que vota en contra de una noticia salen destacados con mayor facilidad que los de aquellos que han votado a favor.

Así cuando una noticia tiene votos negativos, se ve con mayor facilidad por qué se la está votando negativo, y la gente se piensa el voto antes de menear sin más.

D

#43 menuda gilipollez de argumento en defensa del ad populum. Es decir, un comentario votado 9 negativos y un solo positivo tiene que verse en destacado. ¿No será porque se hace manualmente? ¿No será que hay un tinglado mafioso? 6 sectarios te joden una noticia fácilmente, así de fácil. Y sin hablar de los privis y email, incluso whatsaps "¿un negativito?".

yemeth

#46 Que no tío que no te ralles con lo de la mafia. De hecho en el 9 negativos y 1 positivo no sale, el algoritmos está lo bastante bien diseñado como para que obviamente detecte que eso no sería un comentario polémico, sino un comentario que genera una unanimidad de votos en contra. Tú denunciabas uno con 5 positivos y 6 negativos, no es lo mismo que 1 positivo y 9 negativos. Y si quieres te bajas el código de Menéame que es público, y te lo miras tú mismo.

Se te va la cabeza. La noticia es una mierda y tiene 20 negativos, ya está, no le des más vueltas ni busques conspiraciones del Whatsapp, se vive mejor cuando uno no se toma a lo personal las cosas que envía.

D

#47 ¿Y por qué demonios sale destacado un comentario populista, karmawhorer y mentiroso?
He visto comentarios destacados avisando de duplicadas inexistentes.
Qué fácil es dar este tipo de discursos hipócritas cuando eres uno de los saboteadores.
"Mira, una noticia que no me gusta, voy a tumbar esta mierda de meneo, pondré que es una duple o cualquier chorrada karmawhorer y ad populum, mis amiguetes vendrán ahorita a hacer lo mismo". 20150725095932
No me cuentes cuentos que soy mayorcito y con pensamiento propio.

yemeth

#49 Precisamente "una noticia que no me gusta" o que no me parece relevante es un buen motivo para votar negativo, y es lo que ha pasado aquí.

Lo demás de "mis amiguetes vendrán ahorita" son tus putas paranoias, que crees que cuando se vota a algo negativo es porque la gente se compincha contra ti. Así salen luego las chorradas de que si la mafia y nosequé mierdas, por gente a la que os escuece el culo cuando la gente no opina como vosotros. Y hay mucha gente que estamos hartos de que al gilipollas de Perez-Reverte se le menee cada vez que se tira un pedo, como en esta ocasión.

D

#52 Si no llego a enviar la noticia no estarías aquí, y si llega a ser irrelavante, tampoco. Agradécemelo.

Rufusan

#46 sí, es así como tú dices.

D

#58 No me trolees que te conozco.

marioquartz

#41 La de veces que se habrá explicado que se promociona mas los comentarios de gente que vota en contra para favorecer el disenso. Y aun así la gente vota como ovejitas.

kukudrulo

#41 A lo mejor a@baneadoporpensar los que le han votado positivo tienen más karma que los que le han votado negativo ¿Puede ser?

marioquartz

#60 Y erre. Se promociona los comentarios con mas karma entre los que han votado negativo.

kukudrulo

#61 a, vale

D

#61 Mentira, te puedo enlazar muchos comentarios puestos como destacado y resaltado en rojo que no tiene ningún negativo.

marioquartz

#64 Son dos putas cosas diferentes. Son comentarios de personas que han votado ELLOS MISMOS negativamente al ENLACE.

Ejemplo: Yo he votado "sensacionalista". Ese hecho Y NO OTRO es el que me da plus. El otro plus es tener mas karma que el resto de comentarios de las personas que han votado negativo EL ENLACE.

P.D: Eres muuuu lento.

D

#65 Te dan muchos pluses a ti me parace a mí.

D

#7 Tres dedos apuntando a La Luna.

marioquartz

#9 Solo que la luna no esta en esa dirección.

D

#7 Vaya falacia la del 'tuit enviado, negativo cascado'. Y qué si ha usado esta herramienta para hacer este comentario... ¿Si lo hace en un WordPress tendrá más razón?

linksblack

#7 Perdona, estoy de acuerdo contigo, se me ha ido el dedo en el móvil, te lo compensó con positivo en otro comentario

D

Iba a poner "Arde Twitter" pero no cabía en el titular.

D

Esos tontos ya ocupaban plaza. La diferencia es que ahora mandan.

Guanarteme

¡Hombre, Arturo, cuñao! ¿Y qué me cuentas de lo de Casillas? ¿Y de los chavales estos de Podemos?

Guanarteme

#32 Lo de cuñao es por el "tonito" al que nos tiene acostumbrado, precisamente de un académico espero un registro más elevado y unas formas más refinadas. No que siempre hable como el típico enterado de barra de bar.

M

#35 Ahí te dejo un poquito de ideas políticas frívolas del Reverte a nivel cuñao. Se lo soltó en el careto, con dos cojones, a la plana mayor del grupo Prisa, Pais incluido, en la entrega de los premios Ortega y Gasset, a la que le invitaron para hacer el discurso final. Te van a gustar el lenguaje florido, los exabruptos y alguna simpleza más.

SOBRE MIEDO, PERIODISMO Y LIBERTAD
A.Perez-Reverte


Hace medio siglo recibí la más importante lección de periodismo de mi vida. Tenía 16 años, había decidido ser reportero, y cada tarde, al salir del colegio, empecé a frecuentar la redacción en Cartagena del diario La Verdad. Estaba al frente de esta Pepe Monerri, un clásico de las redacciones locales en los diarios de entonces, escéptico, vivo, humano. Empezó a encargarme cosas menudas, para foguearme, y un día que andaba escaso de personal me encargó que entrevistase al alcalde de la ciudad sobre un asunto de restos arqueológicos destruidos. Y cuando, abrumado por la responsabilidad, respondí que entrevistar a un político quizás era demasiado para mí, y que tenía miedo de hacerlo mal, el veterano me miró con mucha fijeza, se echó atrás en el respaldo de la silla, encendió uno de esos pitillos imprescindibles que antes fumaban los viejos periodistas, y dijo algo que no he olvidado nunca: “¿Miedo?... Mira, chaval. Cuando lleves un bloc y un bolígrafo en la mano, quien debe tenerte miedo es el alcalde a ti”.

Pienso en eso a menudo. Y últimamente, en España, más todavía. Ninguna de la media docena de certezas, de lecciones fundamentales que he ido adquiriendo con el tiempo, supera esas palabras que un viejo zorro de redacción dirigió a un inseguro aprendiz de periodista: Cuando lleves un bloc y un bolígrafo en la mano, quien debe tenerte miedo es el alcalde a ti. Todo el periodismo, su fuerza, su honradez, hasta su épica, se resume en esas magníficas palabras. En esa declaración segura de sí, casi arrogante, formulada por un humilde redactor de provincias.

Miedo, es la palabra. No hay otra. O al menos, no la conozco. Miedo del alcalde correspondiente, o su equivalente, ante el bloc y el bolígrafo, o lo que los sustituya hoy, manejados por una mano profesional, eficaz y honrada en los términos en que el periodismo puede considerarse como tal. He escrito alguna vez, recordando siempre a Pepe Monerri, que el único freno que conocen el político, el financiero o el notable, cuando llegan a situaciones extremas de poder, es el miedo. En un mundo como este, donde las ingenuidades y las simplezas de mecherito en alto y buen rollo a menudo son barajadas por los canallas, como instrumento, y creídas por los tontos útiles que ofician de ganado lanar y carne de cañón, ese es el único freno real. El miedo. Miedo del poderoso a perder la influencia, el privilegio. Miedo a perder la impunidad. A verse enfrentado públicamente a sus contradicciones, a sus manejos, a sus ambiciones, a sus incumplimientos, a sus mentiras, a sus delitos. Sin ese miedo, todo poder se vuelve tiranía. Y el único medio que el mundo actual posee para mantener a los poderosos a raya, para conservarlos en los márgenes de ese saludable miedo, es una prensa libre, lúcida, culta, eficaz, independiente. Sin ese contrapoder, la libertad, la democracia, la decencia, son imposibles.

Nunca en esta democracia, como en los últimos años, se ha visto un maltrato semejante en España del periodismo por parte del poder. Aquel objetivo elemental, que era obligar al lector a reflexionar sobre el mundo en el que vivía, proporcionándole datos objetivos con los que conocer este, y análisis complementarios para mejor desarrollar ese conocimiento, casi ha desaparecido. Parecen volver los viejos fantasmas, las sombras siniestras que en los regímenes totalitarios planeaban, y aún lo hacen, sobre las redacciones. Lo peligroso, lo terrible, es que no se trata esta vez de camisas negras, azules, rojas o pardas, fácilmente identificables. La sombra es más peligrosa, pues viene ahora disfrazada de retórica puesta a día, de talante tolerable, de imperativo técnico, de sonrisa democrática. Pero el hecho es el mismo: el poder y cuantos aspiran a conservarlo u obtenerlo un día no están dispuestos a pagar el precio de una prensa libre, y cada vez se niegan a ello con más descaro. Basta ver las ruedas de prensa sin preguntas, el miedo a comparecencias públicas, los debates electorales donde son los políticos y sus equipos, no los periodistas desde la libertad, quienes establecen el formato. Como si hubiera, además, que agradecerles la concesión. Y la sumisión de los periodistas, y de los jefes de esos periodistas, que aceptan ese estado de cosas sin rebelarse, sin protestar, sin plantarse colectivamente, con gallardía profesional, frente a la impune soberbia de una casta a la que, en vez de dar miedo, dan, a menudo, impunidad, garantías y confort.

Aterra la docilidad con la que últimamente, salvo concretas y muy arriesgadas excepciones, el periodismo se pliega en España a la presión del poder. Creo que nunca se ha visto, desde que se restauró la democracia, un periodismo tan agredido por el poder político y financiero. Y nunca se ha visto tanta mansedumbre, tanta resignación en la respuesta. Apenas hay afán por buscar, por investigar, excepto cuando se trata de servir intereses particulares. Entonces, para procurar munición al padrino que a cada cual corresponde o se ha buscado para sobrevivir, entonces sí hay luz verde, y hay medios, hasta que se topa con la línea roja correspondiente a cada cual: la banca, la telefonía, la publicidad, el nacionalismo correspondiente, la Iglesia, tal o cual sigla de partido, lo socialmente correcto llevado hasta extremos de estupidez. Y en pocos casos se trata de hacer reflexionar al lector sobre esto o aquello. Se trata, por lo general, de imponerle una supuesta verdad. Y ese parece ser el triste objetivo del periodismo español de hoy: no ayudar al ciudadano a pensar con libertad. Solo convencerlo. Adoctrinarlo.

España es un lugar con una larga enfermedad histórica que se manifiesta, sobre todo, en un devastador desprecio por la educación y la cultura, y una siniestra falta de respeto intelectual por quien no comparte la misma opinión. Por el adversario. Siempre creí, porque así me lo enseñaron de niño, que los únicos antídotos contra la estupidez y la barbarie son la educación y la cultura. Que, incluso con urnas, nunca hay democracia sin votantes cultos y lúcidos. Y que los pueblos analfabetos nunca son libres, pues su ignorancia y su abulia política los convierten en borregos propicios a cualquier esquilador astuto, a cualquier manipulador malvado. A cualquier periodismo deshonestamente mercenario.

Y así, con frecuencia, aquí todo asunto polémico se transforma, no en debate razonado, sino en un pugilato visceral del que está ausente, no ya el rigor, sino el sentido común. Apenas existe en los medios españoles un debate solvente político, social o cultural merecedores de ese nombre, sino choques de posturas. Diálogos de sordos, a menudo en términos simples, clichés incluidos, de derecha e izquierda. La presencia de nuevas formaciones políticas que buscan espacios distintos no varía la situación. Se sigue buscando situarlas en uno u otro de los tradicionales, como si de ese modo todo fuese más claro. Más definido. Más fácil de entender.

Destaca, significativa y terrible, la necesidad de encasillar. En España parece inconcebible que alguien no milite en algo; y, en consecuencia, no odie cuanto quede fuera del territorio delimitado por ese algo. Aquí, reconocer un mérito al adversario es tan impensable como aceptar una crítica hacia lo propio. Porque se trata exactamente de eso: adversarios, bandos, sectarismos heredados, asumidos sin análisis. Toda discrepancia te sitúa como enemigo, sobre todo en materia de nacionalismos, religión o política. Me pregunto muchas veces de dónde viene esa vileza, esa ansia de ver al adversario no vencido o convencido, sino exterminado. Y quizá sea de la falta de cultura. De ciudadanos simples surgen políticos simples, como los que muestran esos telediarios en los que, al oír expresarse a algunos políticos casi analfabetos (y casi analfabetas, seamos socialmente correctos), te preguntas: ¿Por quién nos toman? ¿Cómo se atreven a hablar en público? ¿De dónde sacan esa cateta seguridad, esa contumaz desvergüenza?... Sin embargo, la falta de cultura no basta para explicarlo, pues otros pueblos tan incultos y maleducados como nosotros se respetan a sí mismos. Quizá esa Historia que casi nadie enseña en los colegios pueda explicarlo: ocho siglos de moros y cristianos, el peso de la Inquisición con sus delaciones y envidias, la infame calidad moral de reyes y gobernantes.

Pues bien. Ese “conmigo o contra mí” envenena, también, las redacciones. Los veteranos periodistas recordarán que en los años de la Transición, y hasta mucho después, la línea ideológica, el compromiso activo de un medio informativo, los llevaban el quipo de dirección, columnistas y editorialistas, mientras que los redactores y reporteros de infantería, honrados mercenarios, eran perfectamente intercambiables de un medio a otro. Un periodista podía pasar de Pueblo al Arriba, a Informaciones, a Diario 16 o a El País con toda naturalidad. Incluso redactores de El Alcázar, la ultraderecha de la derecha, tuvieron vidas profesionales en otros medios. Ahora, eso es casi imposible. Las redacciones están tan contaminadas de ideologías o actitudes de la empresa, se exige tanta militancia a la redacción, que hasta el más humilde becario que informa sobre un accidente de carretera se ve en la necesidad de dar en su folio y medio un toquecito, una alusión política, un puntazo en tal o cual dirección, que le garantice, qué remedio, el beneplácito de la autoridad competente. Y ya que hablo de sucesos, está bien recordar que hasta los sucesos, los accidentes, las desgracias, son tratados ahora por los medios, a menudo, según el parentesco político más cercano. Según se

D

#33 #35 Hablar "politicamente correcto" y no pisar charquitos es algo que no va con Perez Reverte. Es más de coger el cieno sobre el que chapotea alegremente la sociedad y estampàrnoslo en la cara. A muchos nos gusta
Es un panzer literario, no una damisela recogiendo flores en primavera.

Respecto al twiter enlazando un texto solo puedo opinar que lo mejor serìa que hicieran un sondeo/encuesta a las "Corveranas" de ambos sexos a ver que opinan de que su concejala y concejalo dediquen su atención a estas gilipolleces.

Guanarteme

#48 Es que resulta que lo que para algunos es "corrección política" para otros es un respeto que tenemos perfectamente interiorizado. Si no me meto con los homosexuales o con los vegetarianos no es por corrección política, sino porque considero que son personas como los zurdos o como los historiadores y no veo que hay de gracioso en meterse con ellos.
Tachar algo de mera corrección política no deja de ser un mecanismo para ningunear y avasallar lo que no nos gusta, y en eso Reverte es especialista.
Aparte de que falta a la verdad e insulta con sus generalizaciones en plan "en este país son todos tontos" ¿Por qué somos tontos, Reverte, por no pensar igual que tú? Pues a ver quién es el gilipollas entonces. Además, cuando sistematicamente usas esos tonos te calificas a ti mismo y te vamos calificar los demás (como yo que lo tacho de cuñao).
Con respecto al artículo, las lenguas evolucionan y si hace cincuenta años la alcaldesa era mujer del alcalde ahora eso no es así, y si a Reverte no le gusta que se rasque, que bastante picado anda siempre.

yemeth

#48 Considerar lo "políticamente correcto" como ideología suele ser propio de racistas, machistas, y un montón de basura que se escuda bajo su defensa ante una supuesta dictadura de lo "políticamente correcto" para poder soltar sus cuñadismos.

Personalmente no estoy con la idea del cambio de lenguaje como apunta #50 porque creo que al final la táctica de "feminizar el lenguaje" no es útil sino que solo sirve para montar guettos ideológicos, predicar a los conversos y que salgan los cuñaos a pastar, pero no significa que no guarde un cierto respeto a los motivos de quien lo hace, aún estando en desacuerdo.

Arturito no es que no sea políticamente incorrecto, es que es un gilipollas que basa su fama en dar puñetazos en la mesa como el típico cuñao español pero sabiendo cuatro palabrejas más tal que para los cuñaos se convierte en un líder intelectual, aún sin dejar de ser más tonto que un botijo.

Dab

#35 Otro de sus temas preferidos y recurrentísimos es que si llamas payaso a alguien automáticamente la Asociación Española de Payasos y Payasas elevará una queja por utilizar el término payaso de forma despectiva.

yemeth

O sea, un tuit de Reverte "comentando" una noticia mediante uno de sus exabruptos vacíos típicos pero ahora tamaño tuit para que aplaudan sus mongoseguidores, y enviar en lugar del enlace a la noticia, es la chorrada que me faltaba ya por ver en Meneame. Y lo peor es que haya votos positivos.

D

#17 No hay enlaces, la AEDE está boicoteada por trolls anti-AEDE.

yemeth

#18 Lo anti-AEDE son "trolls" y un tuit donde dice "jajaja que tontos" pero estilo cavernario Reverte es una noticia. Pues nada.

D

#19 Te digo que las webs de AEDE son boicoteadas por trolls anti-AEDE, no que sean trolls, que lo son.

D

Cada vez que abre la boca confirma que sigue siendo un idiota...

D

y todavía tenemos territorios altamente despoblados...

QuieroUnDonut

Pues yo de pequeña me lo preguntaba y se lo preguntaba a mi madre: Si somos un grupo de 3 niñas y 1 niño por qué se dice ellos, y no ellas? si eran más las chicas! No era machista, era ilógico para mí.

Ahora tengo una conocida que siempre usa el femenino plural como genérico, y me parecía idiota al principio. Pero, por qué no? por qué usar el masculino? por qué no os sentís incluidos o os rechina cuando se dirigen indirectamente a vosotros en femenino?

linksblack

#12 Exacto, la rabia que demuestran es muy significativa. Somos más de la mitad de la población y nos tiene que parecer normal que se nos trate como a una minoría de segunda. El lenguaje y sus normas van cambiando y evolucionado adaptándose a su tiempo, le guste o no a los Revertes de turno.

QuieroUnDonut

#34 #30 #28 http://www.asturias24.es/ideas/carmen-eva-perez-ordieres/posts/antes-lo-hicieron-otras

Ya sé que a vosotros os parece absurdo e innecesario. Quizás porque nunca habéis tenido esa sensanción de que el "nosotros, vosotros, ellos" son OTROS.

A mí no es algo que me quite el sueño, pero me parece curioso como os ponéis de uñas cuando se os explica la sensación de no estar incluida más consciente cuando eres niña, y más inconsciente y aceptada cuando eres mayor.

#25

D

#51 La gente se pone de uñas ante el analfabetismo.

borteixo

#51 no me pongo de uñas, decirlo en femenino está igual de mal que en masculino, intentar arreglar algo volviendo hacerlo mal es una estupidez.

oliver7

#28 Jajajajajaja me parto con tu último símil. lol lol lol lol

D

#28 MENTIRA.

Contraejemplo: las personAS. LA humanidad.

LA tonteríA de@lgunxs.

HyperBlad

#67 Madre... Eso no es femenino inclusivo, eso son palabras que solo tienen forma femenina, no tiene nada que ver con lo que estamos hablando.

D

#69 tiene que ver con la chorrada que apuntas

HyperBlad

#70 Me tendré que callar, porque se nota que controlas del tema, campeón lol

D

#72 Es verdad. Cient'ificos yu linguistas todos apuntan a la maldad del perverso idioma espa;ol, que es machista en tal grado que s'olo es igualado por la naturaleza, tambi'en terriblemente machista.

borteixo

#12 me haria más gracia y os daría la razón si se fuesen inventando neutros en lugar de femenino.

D

Salio y volvió a entrar en el país para comprobarlo...

D

#2 Los tontos que salen por los que entran.

D

Al final que nos invadan los musulmanes no será algo tan malo, acabarán con esta sub-cultura occidental decadente que lo está pidiendo a gritos, como cuando cayó Roma.

Arcueid

#4 Una cultura oriental decadente en lugar de una sub-cultura occidental decadente? Siria te da la bienvenida. Compra únicamente billete de ida, por favor.

M

(Sigue lo anterior)

Según sea la militancia de los responsables reales o supuestos. Y a veces, hasta de las víctimas.

Apenas hay periodismo político real en España, sino declaraciones de políticos y cuanto en torno a ellos se genera. Raro es el trabajo periodístico que no incluye declaraciones de políticos a favor o en contra, marginando el interés del hecho en sí para derivarlo a lo que el político opina sobre él, aunque esa opinión sea una obviedad o un lugar común, o quien habla maneje mecanismos expresivos o culturales de una simpleza aterradora. Lo que cuenta es que el político esté ahí. Que adobe y remate el asunto. Hasta el silencio de un presidente o un ministro se considera noticia de titulares de prensa. Por modesta o mediocre que sea a veces, la figura del político asfixia a todas las otras. Hasta en la prensa local del más humilde pueblo español, las páginas abundan en politiqueo municipal, convirtiendo cualquier menudo incidente concejil en asunto de supuesto interés público. Los mecanismos internos más aburridos de cualquier formación política importante se examinan hasta el agotamiento. En mi opinión, las horas que un tertuliano de radio o televisión dedica en España a analizar la mecánica interna de los partidos no tienen equivalente en el mundo democrático

Todo eso agota al lector, al oyente, al telespectador. Lo aburre y lo expulsa del debate, haciendo que vuelva la espalda a la política, haciéndolo atrincherarse allí donde las palabras reflexión y lucidez desaparecen por completo. Tampoco ayudan a ello las voces que en ocasiones el periodismo pone sobre la mesa, como algunos tertulianos y opinadores profesionales alineados con tal o cual postura, o que han ido readaptándola cínicamente en los últimos 40 años, de modo que antes de que abran la boca ya sabes, según el individuo y el momento, lo que van a decir. Del mismo modo que reconoces tal o cual emisora de radio, en el acto, por el tono de sus intervinientes, aunque ignores el nombre de estos. Igual que con alguien en la calle, a los pocos minutos de conversación, sabes exactamente que periódico lee o que emisora de radio escucha.

Para cualquier lector atento de varios medios, es evidente que el periodismo en España se ha contaminado de ese ambiente enrarecido, de ese sesgo peligroso que tanto desacredita las instituciones en los últimos tiempos y del que son responsables no solo los políticos, ni los periodistas, sino también algunos jueces demasiado atentos a los mecanismos de la política, el periodismo y la llamada opinión pública. Y tampoco la crisis económica contribuye a las deseadas libertad e independencia. La inversión publicitaria pasó de 2.100 millones de euros en 2007 a menos de 700 en 2013. Eso aumenta la tentación de cobijarse bajo los poderes establecidos, y el periodismo como contrapoder se vuelve un ejercicio peligroso. Por sus propios problemas, algunos medios deciden no ir contra nadie que tenga poder o dinero. Y surge otro serio enemigo del periodismo honrado: la autocensura. Cuando el redactor jefe, en vez de animarte, te frena. Nos gusta ver en las películas cómo periodistas intrépidos consiguen la complicidad y el aliento de sus superiores; pero eso, aunque por fortuna ocurre a veces, no es aquí el caso más frecuente. No se practica con igual entusiasmo en las redacciones, más atentas a notas de prensa de gabinetes que a patear el asfalto. Y así, los partidos, las grandes empresas de la banca, las comunicaciones y la energía, entre otras, aprovechan la dependencia de los medios para dar por supuesta, cuando no imponer, la autocensura en las redacciones.

Supongo que habrá soluciones para eso. Posibilidades de cambio y esperanzas. Pero no es asunto mío buscarlas. No soy sociólogo, ni político. Apenas soy ya periodista. Solo soy un tipo que escribe novelas, que fue reportero en otro tiempo. Y hoy, puesto que aquí me han emplazado a ello, traigo mi visión personal del asunto, parcial, subjetiva, que pueden ustedes olvidar, con todo derecho, en los próximos cinco minutos. La transición del papel a lo digital, los productos de pago en la red, la eventualidad de que nuevos filántropos, capital riesgo y empresarios particulares unan sus esfuerzos para hacer posible un periodismo solvente y de calidad, son posibilidades ilusionantes que sin duda serán abordadas por quienes aún creen que solo un periodismo que pide cuentas al poder, en cualquier forma de soporte inventada o por inventar, tiene futuro. Esa es, y será siempre, la verdadera épica del periodismo y de quienes lo practican: pelear por la verdad, la independencia y la libertad de información pagando el precio del riesgo, en batallas que pueden perderse, pero que también se pueden ganar. Haciendo posible todavía, siempre, que un alcalde, un político, un financiero, un obispo, un poderoso, cuando un periodista se presente ante ellos con un bloc, un bolígrafo, un micrófono o lo que depare el futuro, sigan sintiendo el miedo a la verdad y al periodismo que la defiende. El respeto al único mecanismo social probado, la única garantía: la prensa independiente que mantiene a raya a los malvados y garantiza el futuro de los hombres libres.

s

Yo encuentro politicamente incorrecto eso de circular solo por la derecha. Propongo que los dias impares se circule por la izquierda

nacco

La que ha liado La Rogelia. Rogelia Crespa por mas señas.

D

Lo de "cuñado" es de un cansino agotador. Es darles a los tontos sin argumentos una palabra que lo disimule.

D

Es mejor 'güisqui' y las 'almóndigas' de la Esteban.

pacofrisco

Dos facundos, sí corren solos llegan segundos.

m

estas tias estan locas

tetepepe

Pues casi mejor que supriman el castellano y hablen directamente en inglés, idioma en el cual no existen los plurales femeninos.

D

#39 "you all guys"

M

Algunos de los que ya no caben estais convirtiendo en antirrevertismo en un género humorístico clásico de Meneame. Y ya veis que lo teneis acojonado, el tito no se atreve a abrir la boca de puro miedo que os tiene, fieras. Y a vuestra credibilidad argumental e intelectual. Y a vuestros espectaculares curriculos, que deben ser la ostia. No como el suyo, que apenas tiene cuatro viajes, dos lecturas, dos tebeos en su biblioteca y algun librillo publicado en Andorra. No sé como se atreve, a diferencia de vosotros, que teneis autoridad de sobra, peazo figuras. ¿Es que no os cansais nunca de hacer el ridículo?