Unos investigadores acaban de descubrir que el estrés que produce pensar induce a las personas a consumir más calorías de las que necesitan, por lo que terminan por engordar. El equipo de investigación midió la ingesta espontánea de 14 estudiantes después de tres tareas: la primera tarea consistía en estar sentado en una posición relajada, la segunda en leer y resumir un texto, la tercera ralizar una serie de tests de memoria y atención en el PC.
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