Ahora que el expertise está tan de moda, no deja de ser irónico que se deje marchitar en una silla a los mayores cúmulos de experiencia, vivencias y conocimientos que tenemos. Gente que ha vivido cosas que nosotros desconocemos, y que podrían, en muchos casos, decirnos cómo va a acabar una historia, porque ya lo han visto antes. Ya lo han vivido. Ya lo saben.
#1 estoy de acuerdo. Además habría que aclarar qué es ser útil, si es una cuestión cualitativa o cuantitativa, y el precio a pagar en términos absolutos ppr esa utilidad y beneficios siempre parciales. De un grupo respecto al resto.
También podríamos hablar de utilidad personal hacia uno mismo y su entorno.
#3 Mis abuelas, nonagenarias e impedidas, tenían el mayor valor para mí: que las quería. Ese valor es insustituible y único. No nos dejemos llamar "recursos humanos".
#4Mis abuelas, nonagenarias e impedidas, tenían el mayor valor para mí: que las quería.
Y añadiría yo que tenían valor para todo aquel que tenga corazón, no solo para la familia directa. Porque el valor de las personas va más allá de la rentabilidad material. No hay nadie que no tenga algún valor, sea tangencial o intangencial, medible económicamente o más allá de la capacidad materialista de medir.
Los jóvenes son tan valiosos porque aportan fuerza y entusiasmo entre otras cosas.
Los niños son tan valiosos porque aportan entre otras cosas un futuro potencial, además de su actual espontaneidad y facilidad para alegrarnos y motivarnos.
Los mayores son igualmente tan valiosos porque aportan su dilatada experiencia y veteranía entre otras cosas, y su prudencia y visión intuitiva al haber visto tantas cosas que en su momento parecieron ridículas pero que acabaron exitosamente, o al ver tantas cosas que parecieron prometedoras pero que acabaron revelándose como inoperantes. Nos pueden ayudar, en suma, a no repetir nuevamente en generaciones posteriores los errores que cíclicamente repetimos por desconocer la historia de las generaciones anteriores.
Los mayores son los pocos que todavía saben el nombre de los arroyos, de los páramos, de los senderos. Son de los pocos que todavía saben cuándo toca cada verdura, cada fruta, los que reconocen el canto de los pájaros y saben dónde coger berros, espárragos o regaliz, los que distinguen una encina de un roble, los que intuyen cuándo va a llover, los que saben hacer cosas con sus manos,...
A nosotros nos quitan internet y nos morimos de hambre.
Si yo tuviera que estar pensando en qué valor tengo yo para los demás, directamente no haría nada, dejaría de trabajar y si hay ocasión de vivir de la caridad me limitaría a vivir de la caridad, porque si a la mínima enfermedad o accidente se iban a deshacer de mí porque ya no podría aportar valor material, me quedo para mí mismo y a los demás que les den por c***.
Comentarios
No se trata de para que valen.
A ver si ahora va hace falta tener rentabilidad para no ser prescindible.
#1 estoy de acuerdo. Además habría que aclarar qué es ser útil, si es una cuestión cualitativa o cuantitativa, y el precio a pagar en términos absolutos ppr esa utilidad y beneficios siempre parciales. De un grupo respecto al resto.
También podríamos hablar de utilidad personal hacia uno mismo y su entorno.
#3 Mis abuelas, nonagenarias e impedidas, tenían el mayor valor para mí: que las quería. Ese valor es insustituible y único. No nos dejemos llamar "recursos humanos".
#4 Mis abuelas, nonagenarias e impedidas, tenían el mayor valor para mí: que las quería.
Y añadiría yo que tenían valor para todo aquel que tenga corazón, no solo para la familia directa. Porque el valor de las personas va más allá de la rentabilidad material. No hay nadie que no tenga algún valor, sea tangencial o intangencial, medible económicamente o más allá de la capacidad materialista de medir.
Para Isabel Díaz ya lo sabemos.
la pregunta seria para que sirve la mayoria de cuellos blancos, expertos en marketing, politicos, juntaletras a sueldo y demas escoria
Los jóvenes son tan valiosos porque aportan fuerza y entusiasmo entre otras cosas.
Los niños son tan valiosos porque aportan entre otras cosas un futuro potencial, además de su actual espontaneidad y facilidad para alegrarnos y motivarnos.
Los mayores son igualmente tan valiosos porque aportan su dilatada experiencia y veteranía entre otras cosas, y su prudencia y visión intuitiva al haber visto tantas cosas que en su momento parecieron ridículas pero que acabaron exitosamente, o al ver tantas cosas que parecieron prometedoras pero que acabaron revelándose como inoperantes. Nos pueden ayudar, en suma, a no repetir nuevamente en generaciones posteriores los errores que cíclicamente repetimos por desconocer la historia de las generaciones anteriores.
Los mayores son los pocos que todavía saben el nombre de los arroyos, de los páramos, de los senderos. Son de los pocos que todavía saben cuándo toca cada verdura, cada fruta, los que reconocen el canto de los pájaros y saben dónde coger berros, espárragos o regaliz, los que distinguen una encina de un roble, los que intuyen cuándo va a llover, los que saben hacer cosas con sus manos,...
A nosotros nos quitan internet y nos morimos de hambre.
Si yo tuviera que estar pensando en qué valor tengo yo para los demás, directamente no haría nada, dejaría de trabajar y si hay ocasión de vivir de la caridad me limitaría a vivir de la caridad, porque si a la mínima enfermedad o accidente se iban a deshacer de mí porque ya no podría aportar valor material, me quedo para mí mismo y a los demás que les den por c***.