Al analizar la mala situación económica y laboral española todos estamos de acuerdo en la perversidad de la burbuja inmobiliaria. Las inercias centralistas heredadas de la vieja historia de España, y tanto el partidismo como el clientelismo desaforado del PP y del PSOE, están disimulando la otra gran burbuja que lastra nuestra situación económica: la burbuja administrativa, la excesiva dimensión y la irracionalidad de las capas institucionales que llevan sobre los hombros los ciudadanos y las empresas de este país.
Comentarios
España es una burbuja llena de burbujas... que si la del ladrillo, que si la de los coches,... y ahora esta. ¿Cuál será la próxima?
Hay demasiada gente fiscalizando, y lo que es peor, demasiada gente sólo fiscalizando "parados"... y eso sólo produce números!
Ésa no es una burbuja: es un cáncer.