Animados por el alcance de las redes sociales y, a menudo, por su anonimato, los trabajadores se atreven cada vez más a denunciar públicamente ciertas conductas empresariales poco éticas que pueden ir desde el acoso y la discriminación, hasta los impagos o la corrupción. Esta práctica recibe el nombre de “name and shame” y, aunque pueda parecer eficaz para defender los derechos de los empleados, es también un arma de doble filo que hay que saber manejar.
Comentarios
Yo podría hacer un name and shame de un par de caciques hijos de la gran puta de la investigación castellana. Más de una vez me lo he planteado. Pero al final uno acaba por seguir con su vida.
Aquí en España ya tenemos una red social para eso, se llama “Inspección de Trabajo”. Y funciona!
Hostia que miedo! hablará en serio? Alertadores de conductas ilegales? Un policía de balcon puede ser alertador de conductas ilegales? De donde saldrá esta gente?