La cara norte del Monte Perdido, en los Pirineos españoles. La montaña estuvo tapada por las nubes durante tres días, revelando el glaciar de vez en cuando. Hacía mucho frío y había un viento fuerte, el ambiente era muy impresionante. Me recordó al mundo de Tolkien. Este lugar podría haber sido la morada de algunos antiguos dioses y dragones gigantes.  
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