Martinsa Fadesa, que ha protagonizado la mayor suspensión de pagos de la historia empresarial española, prefiere gastarse el triple en pagar a los asesores que supuestamente la guían para sacarla de esa situación que indemnizar dignamente a los trabajadores que despide. La promotora de Fernando Martín destina 37 millones de euros a los honorarios de los administradores concursales (nombrados por el juez), abogados, asesores varios y a la auditora Deloitte. Pero sólo quiere pagar 21.000 euros a cada uno de los trabajadores que está despidiendo.
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