El estiércol, usado tradicionalmente para abonar el campo, puede generar contaminación si no se trata de forma adecuada y la lombricultura supone una alternativa para que los excrementos de vaca se conviertan en una fuente de negocio en las zonas rurales y en alimento para quienes lo transforman.La empresa asturiana Lombriastur lleva más de 20 años asentada en Grado (Asturias) y transformando los excrementos en abono orgánico. Relacionada
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