Chequeras, fotos polémicas y obras de arte, algunos de los "regalos" que reciben los nuevos habitantes. Los antiguos dueños dejaron la casa de la calle Anchorena vacía, en apariencia. Los nuevos propietarios llegaron con los camiones de mudanza y, después de cientos de maniobras, subieron sus muebles por las escaleras. Pero cuando quisieron instalar sus cosas se llevaron una gran sorpresa: el enorme placard de la habitación principal estaba lleno de ropa. No eran cosas "olvidadas", era todo el vasto vestuario de los antiguos dueños.
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