Estamos ante uno de los elementos más curiosos del funcionamiento de la corte otomana: el ixarette es un sistema de gestos, un lenguaje similar a los modernos lenguajes de signos, que se utilizaba en el silencio reverente del corazón del Topkapi. El silencio potenciaba la dignidad y reforzaba el secreto. El uso del ixarette y del silencio ritual en los círculos más próximos al sultán es, a la larga, la crónica de un fracaso y un elemento a partir del cual podemos trazar si no el auge, sí la caída de la dinastía otomana.
Comentarios
Ilustración de un hombre mudo (dilsiz) usando el ixarette.
Fraticidios, alejamiento de la realidad del imperio y silencio... ¿qué podría salir mal?
Por si a alguno le interesa, el tipo que ha escrito el artículo participa en un programa de podcasts llamado A les portes de Troia la mar de interesante.
#5 Tomo nota.
Muchas gracias
En cierto modo voy a romper la magia, y lo siento, pero alguien tiene que remarcarlo: casi una hora publicada, en portada, y solo tiene un comentario (ahora dos) que encima no solo no es chorra, sino que aporta valor. ¡Increíble!
"Ixarette", qué nombre tan bonito.
¿No había algo parecido pero con abanicos en alguna corte europea?