Ves a tu hijo hablando con un robot de plástico y quizás te venga a la memoria aquella primera mascota con la que convivías de pequeño. ¿Estamos ante la misma experiencia? ¿Hemos perdido algo en el camino o realmente es un paso...
Pues si se ha encariñado de un juguete deja que juegue.
¿Que vendrá luego? ¿El muñeco de plástico no es un bebé de verdad? ¿La figura de acción no tiene voz pero igualmente hablan con él? ¿Juegan a que el suelo es de lava sin un casco de realidad virtual?...
Un niño no tiene que encariñarse con nadie, tiene que aprender a buscar su interés máximo racional económico. Y a ser creativo. Y a trabajar en grupo. O eso dicen los expertos en niños de la fundación BBVA.
Solo faltara que entorpecieran todo eso cogiendo cariño a lo que sea.
Comentarios
#4 Vale, propongo un referendum al respecto, pero lo de la ADOPCIÓN es innegociable.
Pues si se ha encariñado de un juguete deja que juegue.
¿Que vendrá luego? ¿El muñeco de plástico no es un bebé de verdad? ¿La figura de acción no tiene voz pero igualmente hablan con él? ¿Juegan a que el suelo es de lava sin un casco de realidad virtual?...
Tenemos un problema muy serio, desde luego.
Un niño no tiene que encariñarse con nadie, tiene que aprender a buscar su interés máximo racional económico. Y a ser creativo. Y a trabajar en grupo. O eso dicen los expertos en niños de la fundación BBVA.
Solo faltara que entorpecieran todo eso cogiendo cariño a lo que sea.
Dentro de unas décadas: la gente se enamora de sus robots de compañía y sólo quieren tener sexo con robots ¿Y ahora qué?
El perro es comestible.
Mi hijo de 5 años se ha encariñado con un robot en vez de con un perro, ¿y ahora qué?
¿Qué tal si le compras un perro en vez de un robot? Quizá esté ahí la clave.
#2 ¿Comprar un perro? ¿No será mejor para la educación de su hijo ADOPTAR un perro y si tal pintar de rosa el robot?
#3 mejor pintemos de arcoíris el robot.
El titular me ha recordado a este relato breve de Asimov:
https://en.wikipedia.org/wiki/A_Boy%27s_Best_Friend
Mi hijo de 5 años se ha encariñado con un robot en vez de con un perro, ¿y ahora qué?
Fácil, dadlo en adopción y con suerte tendrá unos padres menos gilipo.