Hace 13 años | Por camachosoft a noticiasdealmeria.com
Publicado hace 13 años por camachosoft a noticiasdealmeria.com

Según ha dicho Toharia, hoy en día todos convivimos con la ciencia, está nos aporta comodidades que hace unos años parecían imposibles. Eso no significa que la sociedad sepa ciencia, sino que la utiliza. Esto da pie a temores debido a desconocimiento o a escuchar a personas que critican sin ser objetivas. Por ejemplo, las antenas de telefonía móvil, todo el mundo “sabe” que producen enfermedades y son malas, pero objetivamente no se ha encontrado ninguna evidencia de que sean perjudiciales en ningún sentido.

Comentarios

ozrocpablo

El problema es que muchas veces somos los propios científicos los que nos ahogamos en nuestro propio ego convirtiendo el rigor científico en rigor mortis.

Cualquier divulgación científica que logre hacer pensar al que la recibe es positiva. Debemos tolerar que existan pequeños errores o detalles pasados por alto en la explicación de un fenómeno si con ello conseguimos hacer más accesible el concepto.

Por la experiencia que tengo, creo que en divulgación, muchas veces, tendemos a querer enseñar (impartir docencia) mientras que el verdadero objetivo debería ser sencillamente despertar la curiosidad y, por supuesto, ofrecer todos los medios necesarios para quien quiera profundizar.

Constantemente oigo a mis compañeros criticar los experimentos del hormiguero porque no explican nada o lo explican mal y muchas veces tienen toda la razón.

En el último número de la revista española de física hay un artículo bastante interesante de Julio Güémez (y otros que no recuerdo) hablando del uso de unos cuantos juguetes para ilustrar conceptos de la física y se mencionaba que el giróscopo (y algunos otros) no son recomendables porque la base de cálculo necesaria para entenderlos es demasiado compleja.
Lo que no puedes pretender es contar a chavales de primaria en la semana de la ciencia lo que es el tensor de Levi-Civita, pero mostrarles el comportamiento anti-intuitivo de ese cacharro instándoles a que se rasquen la cabeza pensando cómo coño se mantiene en pie ya es mucho.