Patricia Scotland, hija de inmigrantes caribeños, era subsecretaria del Interior en el Reino Unido cuando se aprobó la ley que imponía fuertes multas y penas de prisión a los empresarios que contratasen inmigrantes ilegales. Ahora, en su nuevo puesto como fiscal general de Inglaterra, se ha descubierto que tuvo contratada durante seis meses como ama de llaves de su finca en la campiña a una inmigrante ilegal de Tonga. Scotland declaró que desconocía la situación migrataria de su trabajadora.
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