Hace 9 años | Por FatherKarras a comiendotierra.es
Publicado hace 9 años por FatherKarras a comiendotierra.es

El debate sobre el federalismo no se solventa dictando medidas legislativas. Eso es querer ocultar la verdad. España está mal enseñada y mal aprendida. Repartir competencias de manera diferente en el Estado se entenderá en Cataluña o en el País Vasco (y no todo el mundo) pero será más dificil de entender en otros lugares. Por eso los partidos políticos no van a tener el coraje de enfrentar el debate sobre el lugar que tienen que ocupar los pueblos de España en la reinvención de España (o en su ruptura).

Comentarios

fofito

Cuando debatamos los asuntos que trata el artículo estaremos más cerca de la democracia, de la auténtica democracia.

difusion

#1, Eso al PPSOE no le interesa, por eso han montado 17 cortijos con sus respectivas diputaciones (la bala en la recámara).

Toda una cortina de humo de cara a la galería, mientras un régimen rancio y totalitario prevalece en la trastienda.

Observo que en el texto se cruzan, aunque no se expliciten con estas mismas palabras, varias legitimidades que entran en juego a la hora de abordar cualquier cambio político: la legitimidad de origen (todo acto político debe beber de las fuentes de la Constitución del 78, y si no se deslegitima), la legitimidad de ejercicio o de agentes (todo acto político debe realizarse por quienes garantizan la pervivencia de esa Constitución del 78, esto es, las instituciones establecidas por esa Constitución, y si no es así, si entran en juego otros agentes: pueblo, formaciones políticas de nueva creación, movimientos ciudadanos, etc., se deslegitima) y por último, la legitimidad de resultados (todo acto político debe buscar los fines que se explicitan en la Constitución del 78, y si no es así, si se buscan otros fines: ruptura de la unidad nacional, jefatura del estado elegible por sufragio universal, etc., se deslegitima).

Pienso que hasta ahora hemos conseguido la deslegitimación del poder constituido a través de la 'legitimidad de resultados', esto es: explicamos y la gente ve cada vez con mayor claridad, que la Constitución del 78 no ha dado los resultados para los que fue promulgada y votada. Pero nos queda romper las otras dos legitimidades, la de origen y la de ejercicio. Sobre la de origen: la soberanía no reside en el pueblo español porque lo diga la Constitución del 78, sino que todos los pueblos son soberanos y tienen la capacidad de constituirse como naciones o Estados si así lo decide la comunidad, el colectivo, no porque lo mandate ningún texto legal. En ésto, aún hay mucho trabajo por hacer, y muchos pensamientos y voluntades por convencer. Y sobre la de ejercicio: hay ejemplos admirables como la PAH, que ha conseguido de hecho lo que el texto legal no ha sabido proteger, como es el derecho a la vivienda, pero aún nos quedan muchos otros ámbitos cotidianos en los que ejercer un nuevo poder, alternativo (otro poder, un poder otro), que enfrenta la legitimidad constituida, la del papel mojado, a otra legitimidad constituyéndose: la de la ciudadanía organizada. Y en esto también, estamos aprendiendo pero aún queda camino por recorrer.

Ánimo, estamos caminando en la dirección correcta y cada vez nuestros hechos y nuestro discurso cala más, y nos estamos ganando legitimidad frente a esa Constitución del 78, que seguirá siendo legal, pero que cada vez es menos legítima.