Sasha explica que «hace cuatro meses» decidieron hacer las maletas «buscando una casa para comprar o alquilar». «Vinimos en cuanto la encontramos, aquí llevamos tres meses», aclara. En este sentido, esta ucraniana nunca se hubiera imaginado que iba a llegar un momento en el que le tendrían que decir adiós a su hogar. «Si no hubiera sido por la guerra habríamos vivido en Ucrania por el resto de nuestras vidas», apunta.
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Lo que no esperaban muchos es que la buena vida de las ciudades tampoco es tan buena, y con casas bien aisladas, comercio online, teletrabajo, herramientas modernas y demás avances modernos la vida en el campo resulta cada vez mas cómoda.