El radio es extremadamente radiactivo, un millón de veces más que el uranio. Y, sin embargo, hubo una época, a principios del siglo XX, en que el radio se puso de moda, hasta el punto de que se usaba radio para todo. Por ejemplo, las sales de radio se promocionaron como una cura para todo, desde la ceguera hasta la depresión. Hasta el punto de que se creó el Radium Palace Hotel: un balneario… radioactivo. Empezó a añadirse radio al agua mineral, los dentífricos, las cremas cosméticas y hasta el chocolate.
|
etiquetas: radio , radiactividad , marie curie