Esta semana Cory Booker, senador demócrata por Nueva Jersey, se plantó en el senado el lunes a las siete de la tarde y empezó a hablar sobre todos los escándalos y maldades de la administración Trump. Avisó que iba a hablar un buen rato, y siguió durante toda la noche, leyendo cartas enviadas por funcionarios federales que habían sido despedidos por los recortes, repasando todo lo que se estaba perdiendo. Por la mañana seguía, con la ayuda ocasional de algún colega para poder ir al baño.
|
etiquetas: cory booker , trump , corrupción
Con lo fácil que es lo itar el tiempo en la tribuna a por ejemplo 30 minutos.
Ellos deben de ser él único país del mundo en él que no se prorrogan automáticamente, por lo menos de lo que viene siendo occidente
¿Cómo pudo aguantar más de veintitantas horas?
No obstante, en algún momento tenía que mear, pero abandonar el hemiciclo habría supuesto ceder el uso de la palabra, así que la solución fue bastante desagradable: un cubo puesto justo a la puerta del hemiciclo donde poder echar una meada. Cuando algún compañero acudiera al baño, se llevaría el cubo para vaciarlo en el váter.