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Elon Musk convirtió una fábrica abandonada de EEUU en el superordenador más potente del mundo. Nadie pensó en los vecinos

Un ordenador que consume. Para alimentar a “Colossus”, xAI instaló 35 turbinas de gas capaces de generar hasta 420 megavatios, liberando en el camino gases tóxicos como óxidos de nitrógeno, partículas ultrafinas y formaldehído. ¿El problema? Que lo hizo sin las licencias de aire requeridas, acogida a una exención legal para maquinaria temporal, que según los expertos no le corresponde.

| etiquetas: musk , contaminación

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