Funciona estupendamente, con el silencio de los gobiernos mientras secuestran los manantiales y los secan, envasándolos de trago en trago en botellas no biodegradables de un solo uso, sin que nadie acuse está perversión de un recurso de primerísima necesidad como terrorismo ecológico.
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Funciona estupendamente, con el silencio de los gobiernos mientras secuestran los manantiales y los secan, envasándolos de trago en trago en botellas no biodegradables de un solo uso, sin que nadie acuse está perversión de un recurso de primerísima necesidad como terrorismo ecológico.
Y parecía broma lo de que nos iban a cobrar hasta por respirar...