La enfermedad de la neurona motora (ENM) dejó a Sarah sin voz y sin la capacidad de usar sus manos a los 34 años. Fue a los pocos meses de ser madre por segunda vez. Durante su infancia, sus hijos Aviva y Eric solo la oían hablar a través de una máquina con una voz robótica, que no tenía emociones. Pero 25 años después, la inteligencia artificial (IA) ha recreado la voz real de su madre a partir de tan solo ocho segundos de audio de una cinta de VHS, que además estaba en mal estado y tenía ruido.
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