Desde la madrugada del día 15, el albergue que abrió el ayuntamiento en las instalaciones de la antigua Escuela de Hostelería de Vigo está cerrado a cal y canto sin que ninguna administración les haya dado una alternativa, a pesar de que el edificio remodelado por la Xunta, en el centro de la ciudad, está prácticamente listo tras invertir más de 220.000 euros. El cielo raso. Es el único techo que les queda a los cerca de doscientos sintecho de Vigo que desde enero han llenado estas instalaciones.
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A la puta calle por rojos