edición general
18 meneos
 

Carta de un cooperante: las mujeres nunca lloran en el Congo

Recuerdo bien el día en que llegué a República Democrática del Congo, cruzando desde Ruanda. No podía creerme que el taxista me dejara en la frontera con un “creo que veo el coche de MSF al otro lado”. Y hacia allí que me encaminé, cruzando a pie por el fango, de un país a otro, con mi enorme maleta a cuestas. Una situación surrealista. A menudo me acuerdo de aquel día, en el que un paso tras otro me iban conduciendo a Congo.

| etiquetas: congo , ayuda humanitaria
16 2 0 K 148 mnm
16 2 0 K 148 mnm

menéame