Hace 2 años | Por aiounsoufa a elpais.com
Publicado hace 2 años por aiounsoufa a elpais.com

El presentador del telediario de las 21.00 en La 1, padre de cuatro hijos, corresponsal curtido, triunfa con un modelo audaz y nuevas narrativas para un formato inmortal

Comentarios

t

No tengo nada en contra de este hombre, el cual me da buena impresión. Ahora bien, no nos dejemos engañar. El "Curtido corresponsal" no deja de ser un pelele carente de toda independencia. Eso si, trasmite una gran imagen de persona seria, profesional. Lo cual a sus amos les viene muy bien.

"Corresponsal curtido" que "triunda con un modelo audaz" y "nuevas narrativas" para "un formato inmortal". Si asi te lo vende el grupo Prisa, con esa palabrería de departamento de Marketing, mal vamos.

Si de verdad Franganillo se considera un periodista en vez de un profesional de las relaciones públicas de sus amos, Franganillo debería romper con todo y fundar su propio medio de comunicación, solo o junto con otros. Pero lo dudo: él tiene hipoteca y cuatro hijos que alimentar y afuera del regazo de los poderosos hace frio, mucho frio.

D

La regla de oro del periodismo (aparte de lo de contrastar la información) diferenciar información de opinión.

Yoryo

#1 Como en el mundo cultural saber diferenciar cultura de entretenimiento

t

#1 La regla de oro del pensamiento crítico: diferenciar entre periodistas (en vias de extinción) y trabajadores de las corporaciones de la información y desinformación (meros relaciones públicas a sueldo).

D

#4

Vamos, distinguir entre periodista y tertuliano.

T

¿No es muro de pago? Esto es lo que me aparece:

D

Yo en RTVE cada vez que veo una entrevista me pregunto quien entrevista y quien es entrevistado, porque si el entrevistado es de derechas habla mas el empleado de RTVE que el entrevistado.... y si es del gobierno o de los que lo apoyan el masaje periodistico es de verguenza ajena.

Y yo que creia que no se podía caer mas bajo y ser mas rastrero y lameculos que Urdaci y mira tu como me le hacen bueno a mister ce-ce-o-o.