Hace 16 años | Por Myoxamy a elmundo.es
Publicado hace 16 años por Myoxamy a elmundo.es

Tres décadas de guerra y genocidio han hecho de Camboya un país donde casi todo está en venta. Los bebés no son una excepción. Basta con acudir a uno de los orfanatos abiertos con el exclusivo propósito de comerciar con ellos para en tan sólo dos meses salir del país con un niño bajo los brazos. El sistema es rápido y eficiente en su corrupción, pero sólo apto para quienes no quieren hacer preguntas ni saber si su nuevo hijo llegó al orfanato por necesidad o a través de las mafias que los raptan o compran a padres desesperados.