La semana pasada se reanudó el concurso kc-x de los tanqueros estadounidenses, y Boeing no quiere volver a perder contra la europea EADS. Es un contrato muy politizado, y la propaganda es fundamental para ganarse a la opinión pública. La empresa americana ha lanzado una ofensiva de 360º, muy innovadora, pero de dudosa ética. Hay iniciativas en todos los frentes: infiltrados enviados a conferencias técnicas, un simulador instalado a las puertas del Capitolio, o el lanzamiento de campañas en redes sociales, páginas webs y blogs difamatorios.
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