Se trata del contenido de la meditación que ayer por la tarde el Papa pudo escuchar de la mano del cardenal Biffi en los ejercicios espirituales que impartía dicho cardenal y a los que Benedicto XVI asistía. Una reflexión en la que el Anticristo se convierte «en el emblema de la religiosidad confusa y ambigua de los tiempos que hoy estamos viviendo». Interesante noticia que habla del fenómeno laicista que aspira a asumir todas las dimensiones del hombre imponiendo un "pensamiento único" que odia la presencia cristiana en la vida pública
|
etiquetas: sociedad