Cuanto más eficiente es la empresa y/o institución pública, menos requiere de los presupuestos públicos. Cuanto más se ahorra, mayores partidas se destinarán en beneficio de otras acciones sociales. Cada vez con más frecuencia los ayuntamientos españoles se aprietan el cinturón e implantan planes de eficiencia energética en los edificios públicos y alumbrado con el objetivo de mantener a flote las arcas municipales. Orense, Canarias, Soria, Alicante, Cádiz... son algunos ejemplos de este tipo de iniciativas.