Mi duda surgió meses atrás, cuando vi en redes sociales que algunos abogados habían sido reconocidos como Doctores Honoris Causa. Después, volví a ver en Facebook a un funcionario del Estado de México con ese mismo reconocimiento, pero ahora con una toga y un birrete de distinto color. Fue entonces cuando comencé a indagar más en redes sociales sobre qué universidades otorgan estos galardones y bajo qué criterios. En ese momento fue cuando propuse documentar en primera persona este modus operandi y ver hasta dónde llegaba.
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