Cuando Feijóo llegó de Galicia a Madrid para hacerse cargo del PP, la sangre aún goteaba en las plantas nobles del número 13 de la madrileña calle Génova después de descabezar de urgencia a Pablo Casado por haber denunciado un caso de presunta corrupción. Nadie dudaba que la moderación no iba a ser su santo y seña pese a que lo había anunciado a los cuatro vientos. A las puertas del próximo Congreso Nacional del Partido Popular este próximo fin de semana, el líder del principal partido de la oposición sigue teniendo en Vox su cruz y en Pedro
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