El rostro de la nueva izquierda francesa es el de un simpático cartero mileurista con cara niño bueno; un licenciado en Historia. Su nombre es Olivier Besancenot, tiene 34 años y vive en la ciudad de Neully-sur-Seine, donde compagina su labor repartiendo correo con las tareas propias de haberse convertido en la cabeza visible del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), una formación política que ya amenaza con comerle terreno a un cada día más desconcertado Partido Socialista francés.
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