Acabamos de descolgarnos ante la embajada de EEUU en Madrid con una pancarta de 66 metros cuadrados: WE WILL NOT BE SILENCED. Tras el obsceno veredicto de la semana pasada en EEUU, en el que nos instan a pagar 660 millones de dólares a una empresa de oleoductos, dejamos claro que NO NOS CALLARÁN a pesar de todo su acoso judicial. No estamos únicamente ante un brutal ataque contra Greenpeace, sino que están en juego la libertad de expresión y el derecho a la protesta de personas y colectivos de todo el planeta.
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