En matemáticas 1+1 = 2. Pero esto no ocurre en muchas situaciones de la vida real. Lo mismo ocurre con la propiedad conmutativa de la suma (si se altera el orden de los sumandos no cambia el resultado) ¿es lo mismo mojarse el pelo y lavárselo con champú que lavárselo con champú y posteriormente mojárselo? Sergio Amat Plata, profesor del Departamento de Matemática Aplicada y Estadística de la Universidad Politécnica de Cartagena, nos redacta un artículo en el que incluye varios ejemplos cotidianos en los que utiliza una aritmética diferente.
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