Cuando estalla la Guerra Civil, Miguel decide tomar parte activa de la misma, lo que le obliga a abandonar el país cuando ésta termina. Por desgracia es descubierto en la frontera con Portugal, donde es detenido y sentenciado a pena de muerte. Y, aunque su condena fue conmutada por una pena de 30 años de prisión, jamás llegó a cumplirla, ya que la tuberculosis acabó con el poeta el 28 de marzo de 1942 en una fría prisión de Alicante.
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
Miguel Hernández.
Y él podía decir todo esto sin que nadie osara llamarle "facha. De hecho, murió de tuberculosis, en una cárcel, preso por sus ideas politicas, durante el regimen franquista, en una cárcel de España.
Sólo lo recuerdo por la ligereza con que se utilizan hoy las palabras.
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
Miguel Hernández.
Y él podía decir todo esto sin que nadie osara llamarle "facha. De hecho, murió de tuberculosis, en una cárcel, preso por sus ideas politicas, durante el regimen franquista, en una cárcel de España.
Sólo lo recuerdo por la ligereza con que se utilizan hoy las palabras.
#11 el gato (miau ) opina que el envío son cachos sueltos, lo que es verdad* y mezclado con poca gracia (esto es subjetivo y no voy a entrar en ello)
* lo que sugiere que, una de dos, o no tiene ni puta idea acerca de la poesía de miguel hernández (que no tendría nada de malo. Nadie sabe de todo) o que no ha entrado a ver la selección de poemas, bien porque en realidad no le interesa y su indignación es postureo, o bien porque...
#15 Gracias por intentar aclararlo, si que creo que el meneante no está interesado en la realidad.
Me gusta mucho Miguel Hernández y conozco de memoria muchos de sus poemas, por eso me ha dado pena que en artículo se limiten a citar fragmentos, sin ningún contexto, orden o explicación.
#8 Mi favorito es Elegía Primera, un fantástico y extenso poema dedicado a Federico García Lorca. Si no lo conoces te recomiendo leerlo.
También está Hijo de la luz y de la sombra, quizá su obra maestra.
#21 ¿por qué no los 10 poemas a que hace referencia el envío enteros en vez de "cachos" de los mismos?
Nadie dice la obra completa, pero los poemas enteros en vez de fragmentos.
#10 Me gusta tanto Miguel Hernández y la poesía que he sufrido leyendo este artículo compuesto de pedacitos de poemas famosos ordenados sin gracia ni criterio. Me preocupa que gente que no conozca estas obras piense que son solo diez versos sin sentido.
#31 Me espero que un artículo titulado “10 poemas imprescindibles de Miguel Hernández” contenga 10 poemas de Miguel Hernández, no 10 trozos mal puestos. Es mi opinión y he votado en consecuencia, y de paso he explicado por qué, ahora siéntete libre de irte por ahí a buscar una vida.
#33 Por eso el comentario de que eran 10 trozos mal puestos me ha sentado tan mal, no se hubiera podido poner todo y la gente debería ser más comprensiva.
Rosario, Dinamitera me parece enérgica como ella sola. Miguel Hernández era capaz de imprimirle una fuerza a las palabras que no he visto en ningún otro autor de prosa o verso.
Comentarios
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!
Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
En portada obras de Miguel Hernández y de The Doors. Voy a recuperar la fe en los meneantes 😍
#7 ¿Tienes 18 años ?
VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
Miguel Hernández.
Y él podía decir todo esto sin que nadie osara llamarle "facha. De hecho, murió de tuberculosis, en una cárcel, preso por sus ideas politicas, durante el regimen franquista, en una cárcel de España.
Sólo lo recuerdo por la ligereza con que se utilizan hoy las palabras.
Me gusta mucho "Rosario dinamitera", "el niño yuntero"..
#8 El gato opina que son cachos sueltos y ordenados con cero gracia, ese es facha seguro.
#11 el gato (miau ) opina que el envío son cachos sueltos, lo que es verdad* y mezclado con poca gracia (esto es subjetivo y no voy a entrar en ello)
* lo que sugiere que, una de dos, o no tiene ni puta idea acerca de la poesía de miguel hernández (que no tendría nada de malo. Nadie sabe de todo) o que no ha entrado a ver la selección de poemas, bien porque en realidad no le interesa y su indignación es postureo, o bien porque...
#15 Gracias por intentar aclararlo, si que creo que el meneante no está interesado en la realidad.
Me gusta mucho Miguel Hernández y conozco de memoria muchos de sus poemas, por eso me ha dado pena que en artículo se limiten a citar fragmentos, sin ningún contexto, orden o explicación.
#8 Mi favorito es Elegía Primera, un fantástico y extenso poema dedicado a Federico García Lorca. Si no lo conoces te recomiendo leerlo.
También está Hijo de la luz y de la sombra, quizá su obra maestra.
Magnífico poeta. Mierda de guerras.
#10 dice que en el artículo vienen solo trozos de las poesías.
#13 Supongo que no esperaría que pusiera toda su obra entera en un artículo, porque eso sería redundar en la idiotez.
#21 ¿por qué no los 10 poemas a que hace referencia el envío enteros en vez de "cachos" de los mismos?
Nadie dice la obra completa, pero los poemas enteros en vez de fragmentos.
Nanas de la cebolla...
Bonito poema,entre otros.
#4 De ese poema Serrat cantaba una preciosa canción.
Hernández no me suena, pero cómo se llamaba el secretario judicial que firmó aquella sentencia? Nome sale neng
#2 Por eso mismo, por esturrear un poco de cultura general. Para todo lo demás -> Antonio Luis Baena Tocón/c18#c-18 -> https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Luis_Baena_Toc%C3%B3n
#3 83 años duró el hdp.
Uno de los IMPRESCINDIBLES
No está la Elegía a Ramón Sijé.
Bueno, más que poemas, cachos sueltos y ordenados con cero gracia.
#6 Si a Las nanas de la cebolla tienes la osadía de llamarla "cachos sueltos y ordenados con cero gracia" es que un anafabeto integral.
#10 a ver si aprendemos a leer
#14 Se leer desde los 4 años, el que parece que no entiendes eres tú, tu comprensión lectora es nula.
#20 yo no tengo mucha capacidad. Pero por lo menos entiendo lo que ha escrito (#6)(que además tiene más razón que un santo).
#10 Me gusta tanto Miguel Hernández y la poesía que he sufrido leyendo este artículo compuesto de pedacitos de poemas famosos ordenados sin gracia ni criterio. Me preocupa que gente que no conozca estas obras piense que son solo diez versos sin sentido.
#28 ¿No pretenderías que usieran toda su obra en un artículo?
#31 Me espero que un artículo titulado “10 poemas imprescindibles de Miguel Hernández” contenga 10 poemas de Miguel Hernández, no 10 trozos mal puestos. Es mi opinión y he votado en consecuencia, y de paso he explicado por qué, ahora siéntete libre de irte por ahí a buscar una vida.
#31 Su obra es tan extensa que no cabría en un artículo.
#33 Por eso el comentario de que eran 10 trozos mal puestos me ha sentado tan mal, no se hubiera podido poner todo y la gente debería ser más comprensiva.
http://menea.me/1jh71 conozco que ya salió algo así, pero es distinta y apropiada por el panorama actual. Bisiquisis piri tidis : D
Rosario, Dinamitera me parece enérgica como ella sola. Miguel Hernández era capaz de imprimirle una fuerza a las palabras que no he visto en ningún otro autor de prosa o verso.
Me encanta su poesia !!!!
Os enlazo esta canción, donde a mi entender, se juntan dos grandes: Manolo García y Miguel Hernández, "Para la libertad"
Ojalá os de el misma o más aliento q a mí
¡Que pesadez!