Todos hemos sido sometidos a esa tortura desde la infancia. Me refiero al plato de verdura, al brócoli, al plato verde, en definitiva, cuando nosotros lo que queríamos era arroz con tomate, hamburguesas o pastelitos.Los monos, en ese sentido, son como nosotros. Su ansia de carne es tal que, a pesar de las imágenes que nos hemos creado de ellos, son capaces de rechazar verdura o fruta si hay carne en el menú. Lo cual también desmiente la creencia que sustentaban los antropólogos hasta hace bien poco: que los monos eran esencialmente vegetarianos