Comentar cualquier noticia sobre gitanos se ha convertido en un momento de redoble de tambores. Y es curioso y a la vez interesante, porque se trata de un pulso de sensibilidades, un debate entre ofendidos y un choque de trenes vacíos que no van a ningún sitio. La única solución, me parece a mí, es afrontar las cosas con la mínima seriedad. Esa cosa que siempre falta, poorque hasta el más tonto hace relojes y el más nabo sabe que las emociones van por delante de las ideas. ¿Hay racismo contra los gitanos? Sí, …