El segundo gobierno de Donald Trump ya ha conmocionado a la clase política a ambos lados del Atlántico. En el extranjero, la atención se ha centrado en el aparente desmantelamiento por parte de la administración del orden internacional de posguerra y el aparente giro de Trump, que se aleja de los aliados tradicionales de Estados Unidos para entablar una relación más cálida con Rusia y Vladimir Putin. Pero dentro del propio país, las mayores preocupaciones están asociadas a las acciones del gobierno que, para muchos, muestran una destrucción.