Hace unos años, en un campamento, hubo un grupo de jóvenes que, durante una excusión, se perdió. Tras varias horas perdidos, encontraron a un hombre solitario: llevaba un hacha a la espalda y no les daba buena espina pero, desesperados, le preguntaron cómo se llegaba al pueblo. A pesar de la primera impresión, el hombre resultó ser supergradable: les dijo que se llamaba Yoduloso y les acompañó hasta el pueblo, donde se despidió. Antes, se hizo una foto junto a los jóvenes. El grupo de jóvenes …