El ingeniero español crea lo que denomina diques vacíos: son muros con un gran agujero en medio (mechinal) que frenan la parte de arriba del alud —la que tiene más fuerza por no encontrar rozamiento del suelo—, pero dejan pasar la parte de abajo hasta vaciarse por completo. “Se le ocurre esto viendo cómo actúan los árboles caídos”, señala Pérez-Soba. “Estas obras son un ejemplo mayúsculo de creatividad basada en soluciones de la naturaleza”.