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Consejos para viajar a Transnistria

Consejos para viajar a Transnistria

Por muy raro que parezca, el mundo está lleno de lo que se denomina como países fantasmas, o mejor dicho, países no reconocidos por la comunidad internacional, o sea, por las Naciones Unidas. En Europa, existen un total de 5 países no reconocidos y uno de ellos es Transnistria, localizado en lo que sería hoy Moldavia.Transnistria es un parque de atracciones de la época soviética y un destino de lo más insólito en el corazón de Europa. Transnistria es un país no reconocido únicamente reconocido por países no reconocidos.
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Digi Mobil, caído en España: deja sin conexión de internet y móvil a sus clientes

Digi Mobil, caído en España: deja sin conexión de internet y móvil a sus clientes

Los usuarios de la operadora española Digi está sufriendo problemas de conectividad durante la tarde que afectan de manera generalizada a todo el país.
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¿Cuál es el origen del agua del canal de Panamá?

¿Cuál es el origen del agua del canal de Panamá?  

Si el canal une dos océanos, podemos plantearnos que el agua procederá de uno de ellos, o de ambos. Pero la realidad es más compleja. El canal de Panamá tiene 84 kilómetros. Podemos considerar que su trayecto está dividido por dos sectores, el oriental y el occidental, unidos ambos por el lago Gatún. El agua del canal de Panamá es dulce ya que procede del gran reservorio que es el lago Gatún, un lago artificial de 435 kilómetros cuadrados que almacena el agua del río Chagres y de su cuenca.
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Turismofobia íntima

Es mi costumbre vagabundear por Madrid sin destino cuando necesito relajarme o pensar, largas caminatas con estupendos efectos terapéuticos en cabeza y piernas. Pero en los últimos meses hay zonas del centro de la capital que ya trato de evitar en estos paseos. Y es que me horripila y a la vez me fascina lo que el turismo masivo está haciendo con lo que fue mi ciudad. El desfile infinito, imprevisible, la mezcla de rostros y tipos. Casi todo feo y caótico y extraño. Reconozco la forma , la cáscara de ciertas calles , pero su sustancia cada vez me es más ajena. Una de las realidades que me costó aceptar según cumplía años es que es el cambio y no la permanencia la regla del mundo. Los lugares de nuestra infancia y juventud son desfigurados por la acción de la economía, del “progreso”, algo que solo libran los despoblados y los lugares en los márgenes. 

Sin embargo el malestar se agudiza por la velocidad sin freno de las transformaciones. Los viejos comercios y bares son sustituidos por franquicias, locales de brunch o falsas tabernas tradicionales en meses, que a su vez son sustituidas por otros negocios de pega inmediatamente si no son exitosos; los precios de los alquileres impulsan una rotación frenética, porque la invasión turística en los últimos años en Madrid es ya exponencial, logarítmica, y aún más tras la pandemia. 

El turista, por definición, es feo.  Lo es porque está fuera de lugar, de su propio lugar que le ha hecho ser como es, vestirse y moverse como lo hace. Es una mancha en el paisaje. La proliferación de rostros, de atuendos, de expresiones (unos vestidos como si fueran a adentrarse en el Sahara, otros con sucinta ropa deportiva, allí un hiyab, allá una gorra de beisbol, camisas hawaianas, shorts, bermudas, camisetas sin hombreras, ropas de mil padres y mil madres, mochilas, talegos, mochilones, maletas con ruedas, sin ruedas, bolsones arrastrados por el asfalto ) estos días hace raro poder identificar algún lugareño. El turista, es pues una mancha; cuando es un fenómeno poco común encaja sin problemas en el paisaje, es una nota pintoresca (él , que viene a buscar lo pintoresco en lo ajeno) , como un lunar en una piel lisa. Resalta, pero puede quedar bien. Sin embargo cuando los borrones, puntos negros proliferan sin control sobre la superficie, sin que nada les ordene y les dé ritmo se asemejan a los síntomas de una infección.

El turista , por su propia naturaleza no encaja en el fluir propio de la ciudad, pero es su excesivo número lo que desencadena su naturaleza molesta. Se para en las esquinas , cabecea por las aceras con el móvil a la altura de las cejas buscando con el navegador algún destino. Las miradas son distintas del habitante habituado a sus trayectos: mira con curiosidad, o con asombro (a veces injustificado), o perdido, o incapaz de procesar la rareza de un cartel o un lugar que no comprende. Como un coágulo en la circulación de las calles, se detiene con su maletita rodante, duda, se da la vuelta y sin saber para qué mira al cielo.

Todos ellos en busca de su “experiencia”. La ciudad se ha convertido en un lugar que les vende eso que llaman ahora: “experiencia”. Móntese en un avión y vuélvase a su casa con algo experimentado por primera vez, aunque sean unas calles y unos platos de comida.

Padezco pues de una creciente turismofobia, más intensa cuanto más se borran los rasgos de la ciudad en la que viví mi juventud.

 Dicho todo esto ,soy consciente de que yo también he sido un grano más en el rostro de una ciudad de algún otro. Que con mis dineros y mis elecciones he contribuido (aún infinitesimalmente) a que alguien se sintiera desplazado en lo que había sido su espacio personal. Me gusta viajar.

En fin, lo que nos da memoria de nosotros mismos, ciertos lugares, algunos recuerdos parecen destinados a transmutarse en unas de tantas “experiencias de viaje”, de otros. 

Y viceversa. 

Desgraciadamente dudo de que nada de esto se pueda siquiera aminorar. 

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Interesantes diseños de logotipos de animales creados por Hamed Khan Haidari

Interesantes diseños de logotipos de animales creados por Hamed Khan Haidari  

Hamed Khan Haidari tiene mucha experiencia en diseño de logotipos y desarrollo web. Utiliza líneas o formas sencillas para crear eficaces y bellos diseños de logotipos de animales y otros. Se inspira en la naturaleza y el medio ambiente. Primero dibuja manualmente en un papel, como todos los artistas, y una vez satisfecho con el resultado, lo rediseña digitalmente. Se le conoce popularmente como @kadlab en las redes sociales. Utiliza la proporción áurea en Adobe Illustrator para crear sus interesantes diseños.
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Sonata R 84 Antonio Soler

Sonata R 84 Antonio Soler

La Sonata R 84 es una sonata bipartita, en un único movimiento. Aunque la música de Soler incorpora muchas de las sofisticadas características internacionales del Barroco tardío y principios del período Clásico, también contiene algunos elementos que pueden ser identificados como específicamente español.
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Dogs D'amour - I Don't Want You To Go

Dogs D'amour - I Don't Want You To Go  

Dogs D'amour - I Don't Want You To Go del álbum In The Dynamite Jet Saloon,
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Tan pequeñica y sincera - Amaia

Tan pequeñica y sincera - Amaia  

Tan pequeñica y sincera. Y aunque me vean ustedes. No crean que tengo miedo que me atrevo con cualquiera. Que me atrevo con cualquiera y aunque me vean ustedes.
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Las mujeres toman las aceras bajo la mirada de Agnès Varda

Las mujeres toman las aceras bajo la mirada de Agnès Varda

El flâneur es una figura emblemática de la modernidad que surgió con el estilo de vida urbano de la Europa del siglo XIX. Originalmente, la flânerie era una actividad reservada a los hombres que consistía en un paseo ocioso por la ciudad, durante el cual el flâneur observaba escaparates, transeúntes y, en especial, a las mujeres...Las mujeres estuvieron predominantemente excluidas de esta práctica. Hasta que, bien entrado el siglo XX, autoras como Virginia Woolf comenzaron a reflejar en su obra la mirada femenina durante sus paseos urbanos.
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Una peregrinación en «chimpín» desde Suiza hasta Santiago asombra allá por donde pasa: «Llevan 33 días en la carretera»

Una peregrinación en «chimpín» desde Suiza hasta Santiago asombra allá por donde pasa: «Llevan 33 días en la carretera»

El camino de estos siete compañeros suizos hasta Santiago tienen un factor diferencial al del resto de peregrinos. Llevan más de un mes recorriendo media Europa sobre ruedas. Concretamente, en tres chimpines equipados con sus respectivos remolques. En ellos llevan a cuestas las estancias de una casa: un añadido alberga la cocina, otro los dormitorios y otro el espacio de almacenaje. Hace ya unos cuantos días que llegaron a Galicia y, allá por donde pasan, sorprenden.
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Sky & sand soundtrack Berlin calling

Sky & sand soundtrack Berlin calling  

BSO de Paul kalkbrenner para la película de 2008 Berlin calling
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Kung Fu. Intro [Eng]

Kung Fu. Intro [Eng]

Intro a la versión USA de kung Fu, protagonizada por D. Carradine
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VS: Escanea el código QR y sigue las instrucciones

VS: Escanea el código QR y sigue las instrucciones  

Vaya Semanita nos ilustra sobre la integración de los códigos QR en la sexualidad humana.
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Estandartes y divisas andalusíes en el arte de los reinos cristianos (siglos X a XIII) (Parte I)

Estandartes y divisas andalusíes en el arte de los reinos cristianos (siglos X a XIII) (Parte I)

Los estandartes textiles conocieron un gran desarrollo en al-Andalus a partir del califato. Además de cumplir una función militar, tuvieron un marcado significado político al ser expuestos públicamente, antes y después de la batalla. Estas insignias aparecen representadas en escenas guerreras del arte cristiano peninsular de los siglos X a XIII, reflejando cómo fueron percibidas en los reinos cristianos. El cronista del califa al-Hakam II Isa ibn Ahmad al-Razi menciona cinco tipologías de banderas
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La decepción de Bruce Willis con uno de sus mayores éxitos: "Lo mejor de 'Armageddon' está en la sala de montaje"

La decepción de Bruce Willis con uno de sus mayores éxitos: "Lo mejor de 'Armageddon' está en la sala de montaje"

En 1997, Willis ejercía como protagonista y productor de la comedia romántica Broadway Brawler. Willis despedía a varios miembros del equipo y hacía perder muchísimo dinero a Disney, provocando que la compañía paralizara la producción. La Casa de Mickey Mouse amenazaba al actor con la citada demanda, llegando in extremis a un acuerdo con Willis para evitarla. Un trato del cual nacerían tres de las películas de mayor éxito en la carrera del estadounidense: Armageddon (1998), El sexto sentido (1999) y The Kid (El chico) (2000).
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Ayuso, irritada con Feijoo por fichar al gurú creador del eslogan 'Perro Sanxe'

Ayuso, irritada con Feijoo por fichar al gurú creador del eslogan 'Perro Sanxe'

El fichaje de Aleix Sanmartín por el Partido Popular ha despertado un interés desorbitado dentro y fuera del partido. La jugada de Elías Bendodo, que muchos consideran incomprensible, pone en manos de un estratega clave del socialismo reciente la tarea de enderezar el rumbo del PP, abordar la descoordinación informativa y frenar la creciente incoherencia del equipo de Feijóo.
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Elizabeth Thompson, la pintora de batallas

Elizabeth Thompson, la pintora de batallas

Elizabeth Southerden Thompson nació en Lausana, Suiza, en 1846. Es conocida por sus obras de arte relacionadas con el mundo militar. Se formó en Italia y Francia como pintora, y ese es el motivo por el que hablamos hoy de ella, por sus obras de arte. Una época en la que ser mujer y artista no era fácil, como bien es sabido. Dicho esto, ser de buena familia, como es el caso, ayudaba. Su valía está fuera de toda duda y consiguió ganarse la vida como artista. Ahora verán el porqué de su apodo: Elizabeth Thompson, la pintora de batallas.
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Elon Musk juega Path of Exile 2 en su jet privado con Starlink, pero muere en el tutorial y se gana las burlas de la comunidad

Elon Musk juega Path of Exile 2 en su jet privado con Starlink, pero muere en el tutorial y se gana las burlas de la comunidad  

Elon Musk volvió a ser tendencia, esta vez no por alguna nueva inteligencia artificial ni por una polémica empresarial, sino por su fallido intento de jugar Path of Exile 2 durante un vuelo en su jet privado. El millonario transmitió en vivo su partida a través de X, buscando mostrar el rendimiento de Starlink desde el aire, pero terminó convirtiéndose en objeto de burla tras ser derrotado por el contrincante más fácil del tutorial.
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¿Eres capaz de reconocer estos puentes españoles?

¿Eres capaz de reconocer estos puentes españoles?

España está llena de puentes. Romanos, medievales, modernos. Colgantes, levadizos, invisibles al turismo o convertidos en atracción. Aquí te traemos diez puentes célebres. Diez imágenes. ¿Sabrás reconocerlos? Ponte a prueba con este test
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El ala de un avión de Delta Air Lines se rompió en pleno vuelo con 62 pasajeros: el video del aterrizaje de emergencia

El ala de un avión de Delta Air Lines se rompió en pleno vuelo con 62 pasajeros: el video del aterrizaje de emergencia

El vuelo 1893 de Delta Air Lines tuvo un aterrizaje de emergencia, debido al daño en una de las alas del avión, y los 62 pasajeros vieron por las ventanas el aterrador momento en que uno de los flaps se rompió mientras todavía estaban a más de 3.500 metros de altura. Sucedió el martes 19 de agosto, cuando un Boeing 737-800, que despegó desde el Aeropuerto Internacional de Orlando en Florida con destino a Austin, Texas, empezó a temblar de manera continua.
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Propuesta para el cambio de Pueblo

El pueblo ha perdido la confianza del gobierno, lo más sencillo es que el gobierno disuelva al pueblo y elija uno nuevo.

Bertolt Brecht.

En realidad, toda la izquierda y toda la derecha “respetables” comparten hoy la desconfianza instintiva ante el pueblo. El pueblo les ha defraudado. Demasiados referéndums fallidos (Dinamarca 1992, Francia 2005, Holanda 2005, Irlanda 2008, Holanda 2016, brexit 2016), demasiados gobiernos populistas por aquí y por allá, demasiadas sorpresas. La democracia está claramente sobrevalorada. Un circo donde crecen los enanos. Y Hitler llegó al poder tras unas elecciones, ¿no?...

“La gran paradoja de nuestras democracias modernas –escribe Jean-Claude Michéa– es que el pueblo ya no es considerado como la solución, sino como el problema. Que el término “populismo” –antes indisociable de las tradiciones revolucionarias más estimables– se haya convertido, desde hace más de treinta años, en la forma de designar el supremo crimen de pensamiento, dice mucho sobre la magnitud de la transformación ideológica en que vivimos” . Para la gobernanza ilustrada que nos dirige, ni el pueblo, ni las elecciones ni la democracia parecen ya fiables. ¿Qué hacer?

Adriano Erriguel

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¿Conoce a esta mujer?

Hace unos días leí el relato de Feindesland "¿Pero la conocía o no?". Me gustó mucho, tanto, que me inspiró para versionarlo. Mi revisión en puntos es casi idéntica y en otros se aleja bien lejos. Él me ha dado permiso. Espero que os guste.

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Cuando alguien llama un domingo al portero automático y coges el telefonillo, lo primero que piensas es que algún desaprensivo ha aprovechado el festivo para repartir publicidad y hacerse unos cuartos extra a costa de la tranquilidad ajena. Pero, cuando abajo contestan que es la policía, echas de menos al repartidor. 

Y no es que tenga yo cuentas pendientes con la justicia, ni razones para temer que vengan a buscarme, pero la policía, un domingo a las nueve de la mañana, no viene a devolverte un décimo premiado que has perdido por la calle.

Pulsé dócilmente el botón y esperé a que subieran a mi piso. Eran dos agentes, uno de pelo blanco y el otro tan joven que el uniforme le sentaba como un disfraz. El más viejo me saludó, me preguntó si era Gonzalo Vega Esquivel, y cuando asentí me alargó sin más una fotografía. Era una mujer muerta, con el rostro tumefacto y desfigurado.

— ¿La conoce? —me preguntó tras unos segundos, observando fijamente mi reacción.

— No. Creo que no —respondí devolviéndole la foto.

— Llevaba su nombre —explicó el más joven.

Yo me encogí de hombros. 

— Comprendan que así, en una fotografía como esa... —traté de justificarme, mientras repasaba mis actos mentalmente. ¿Qué podría haber hecho?

El del pelo blanco parecía esperar la negativa, pues apenas me dejó tiempo para buscar alguna coincidencia.

— Tenemos que pedirle que nos acompañe al depósito, por si pudiera identificar a la difunta.

Normalmente no hago planes para los domingos y dejo a la casualidad, al impulso o a la llamada de un amigo la decisión última sobre a dónde ir o qué hacer. Ese sistema de permitir a lo inesperado operar por su cuenta me había funcionado durante muchos años, pero aquel día hubiera preferido la rutina de un domingo lluvioso de invierno.

— No nos llevará mucho tiempo —trató de animarme.

— Antes de las once estará usted de vuelta —reforzó el joven.

No era cuestión de hacerse de rogar: había que ir y punto. Así que comprobé con tres palmetazos por mi cuerpo que llevaba las llaves, la cartera y las gafas, y bajé en el ascensor con los dos agentes.

Me subí al coche patrulla con una sensación extraña, como si me llevasen detenido por algún delito que no podía imaginar, igual que Joseph K, el del proceso de Kafka. Los dos policías no hablaban entre sí y el silencio acentuaba mi aprensión. Acabé preguntando qué le había pasado a la mujer.

— Apareció muerta en una boca de metro, en Cruz del Rayo —explicó el más joven—. Le dieron una paliza y luego la apuñalaron con un cuchillo o alguna otra arma blanca.

Entonces, de pronto, caí en la cuenta de que si la mujer llevaba encima mi nombre y mi dirección, bien podrían considerarme sospechoso

— Oigan, ¿no pensarán que he sido yo? —pregunté alarmado.

El del pelo blanco sonrió para rebajar la tensión.

— Puede estar tranquilo. De vez en cuando aparece alguna así. Son ajustes de cuentas. Rencores. Clientes borrachos. El mundo de la prostitución barata. Ya me entiende...

No entendía en absoluto, pero asentí de todos modos.

— ¿Y no saben nada de ella? —pregunté, intentando encontrar algún nexo.

— La llamaban Camila, pero era un nombre de guerra. Nadie sabe cómo se llamaba en realidad, ni de dónde era, ni nada. Cuando tenía dinero dormía en una pensión por Tirso de Molina, y cuando no, en la calle.

— Vaya panorama —lamenté yo con un suspiro.

— Para nosotros es lo habitual —remachó el policía terminando la conversación.

Después de abandonar la parte más complicada de la ciudad conseguimos por fin acelerar. Los domingos por la mañana hay menos tráfico en Madrid que de costumbre, pero tardamos más de media hora hasta el Instituto Anatómico Forense. El trayecto, aún así, no se dio mal: viajar en un coche patrulla no agiliza el tráfico ni te libra de los semáforos, pero al menos no te pita ni Dios.

Bajé del coche y seguí a los dos policías, que fueron abriéndose camino en el edificio, con la destreza de la costumbre, por unos pasillos siniestros a pesar de la claridad de sus ventanales. 

De la sala donde tenían a la mujer sólo recuerdo las luces de fluorescente, los brillos metálicos y el olor a alcohol y desinfectantes. La muerta estaba tapada con una sábana blanca y cuando estuve lo bastante cerca, un operario con bata verde descubrió su rostro.

—¿La conocía? —preguntó el policía del pelo blanco, calcando el tono que empleó al enseñarme la fotografía.

Traté otra vez de hacer coincidir sus rasgos, intuyéndolos bajo la hinchazón, con un catálogo difuso de amigos, conocidos, clientes y familiares lejanos. No era capaz de encajarlos en ningún patrón. ¿Quién podía ser? ¿Le di dinero? ¿Por qué guardaba mi nombre? Después del interés anatómico inicial, el conjunto perdió consistencia y se fueron imponiendo las heridas, los moratones y el labio levantado, que mostraba los dientes desiguales y las encías enrojecidas. Me vino una náusea.

El policía más joven debía compartir mi sensación, porque se mantuvo prudentemente al margen, mirando al cadáver sólo con vistazos fugaces. 

Dí un paso atrás.

— Me suena su cara.

El joven aprovechó para concentrarse en su pequeña libreta, deseando que le dijera algo que poder apuntar y así ignorar el cuerpo.

Mi cara se ensombreció a la vez que una sospecha apareció en mi mente.

— ¿Puedo verle el tobillo?

— ¿Cuál de los dos?

— No me acuerdo, los dos.

El operario de la bata verde descubrió la sábana hasta las rodillas. No hizo falta que me acercase. Tenía una cicatriz en forma de media luna en el tobillo derecho. 

Entonces recordé ese día de golpe.

Ella había venido a buscarme, era por la tarde, a la finca. Mi padre tenía varios perros, uno de ellos un San Bernardo, enorme, blanco, juguetón. Se lanzó a saludarla. Apenas la conocía, pero le caía bien. Y ella, como loca, se puso a jugar con él. El momento me pareció adorable hasta que caímos en que tenía media pernera empapada en sangre. ¡Ni se había dado cuenta! Debió clavarse un rastrillo o qué sé yo. No se enfadó, ni se puso nerviosa, solo pidió whisky entre risas antes de visitar al vecino, que era veterinario. No sé a quién enamoró más, si a mí o a mi padre.

Era ella. 

Hacía treinta años que no la veía y por lo menos veinticinco desde que dejé de preguntar por sus andanzas cuando me topaba con algún conocido común. Me dijo que no y habló de marcharse al extranjero, a ver el mundo. Se ve que lo cumplió y ahí le perdí la pista.

Pero era ella. Seguro.

En Toledo nos vimos un par de veranos. Casi a diario por un tiempo, cuando logré mudarme a Madrid. Un café nos duraba tres horas y luego salíamos de fiesta toda la noche, sin un duro. 

Hubo algo. No, hubo mucho entre nosotros. Café y aventuras. Besos y gritos. Y algo que a mis veinte años creí que duraría siempre.

— ¿La conocía? —preguntó una vez más el policía canoso.

¿La conocía? Tardé un instante en recordar su nombre. Se llamaba Tere. Teresa Melero Monzón. Sí, eso es: Monzón. Bromeábamos por la casualidad del apellido. Le encajaba como un segundo nombre, ese que te dan cuando ya te conocen bien. A la India. Quería ir a la India para sentir en la piel el monzón, caliente y explosivo. Un aguacero infinito que dura unos instantes. Pero lo llena todo de vida.

Sentí otra náusea, esta vez mayor. Tuve que llevarme la mano a la boca para contenerla. Pero no era de asco. Era de mis entrañas, que se removían por el golpe, profundo e inesperado. No era solo su muerte. Era todo lo que habría vivido hasta llegar a ella. 

— ¿La conocía usted? —repitió el policía.

Tomé una profunda bocanada de aire, con los ojos cerrados, y lo expulsé lentamente.

— Se llamaba Teresa Melero Monzón — dije sin dirigirme a nadie en concreto—. Le pedí matrimonio hace treinta y dos años.

El hombre de la bata verde volvió a colocar la sábana sobre el cuerpo de Tere. Sacó un bolígrafo del bolsillo de su chaqueta, buscó la etiqueta en blanco atada al tobillo izquierdo y escribió el nombre con letra inclinada.

— ¿Sabe qué edad tenía? —me preguntó.

— Cumpliría cincuenta y tres en abril.

Cincuenta y dos, escribió.

Luego siguió preguntando algunos datos para facilitar el papeleo posterior. Respondí a lo que sabía, pero ya todo se había convertido en una vorágine de sentimientos y confusión de la que apenas recuerdo nada. El policía del pelo blanco me dio las gracias y me preguntó si quería que me llevaran de nuevo a casa. Preferí tomar el fresco y volví al ruido de la calle. Cuando iban a despedirse, el mismo policía me mostró un papel doblado, empapado en sangre seca, oscura. Era una carta. 

— Se la escribió a usted, pero no la llegó a enviar. Su nombre es legible, por suerte —añadió con sonrisa de circunstancia—. Imagino que querrá quedársela. 

Asentí. Me la entregó y se marcharon.

He intentado descifrar la carta, pero es inútil. Su sangre lo tapa todo, salvo mi nombre y tres únicas palabras: ojalá te hubiera. 

— Sí, Tere, —me digo antes de guardar para siempre la carta en el fondo de un cajón-, ojalá me hubieras…

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Kudos a Feindesland.

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Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña en el ultramar británico

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Las desconocidas islas de Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña han jugado un papel crucial en la construcción y evolución histórica del Imperio británico. Estas colonias son hoy parte de la estrategia de dominación británica en el Atlántico sur.
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Otto Gross: biografía de un psiquiatra diferente

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Otto Gross fue una figura tan particular, que Sigmund Freud siempre se abstuvo de psicoanalizarlo. En cambio Carl Jung sí emprendió ese proceso y terminó siendo psicoanalizado por su paciente.
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Megapixels: CRISPR convirtió a estos lagartos en fantasmas [ ing ]  

Primero, en un reptil alucinante, los investigadores pudieron modificar genéticamente un embrión de reptil usando la técnica de edición de genes conocida como CRISPR. La tecnología se ha utilizado en peces, aves, anfibios e incluso en mamíferos, pero esta es la primera vez que los científicos incorporan escuadrones (lagartos y serpientes) a la imagen.

menéame