El día 3 de diciembre, a las seis de la tarde, los trabajadores y las trabajadoras de Catalunya nos manifestaremos en Barcelona para plantar cara a la crisis. Una nueva movilización que no comenzará ni acabará ese día, sino que forma parte de un calendario global de convocatorias previas y posteriores, y que incluye desde asambleas de delegados y delegadas, hasta concentraciones y manifestaciones en todo el territorio, así como también en otros puntos del Estado.
Comentarios
Ciertamente la caída del PIB y el empleo se solucionan manifestándose contra la crisis. Supongo que la crisis no tendrá la caradura de no irse.
¡Qué usureros, con la general qué pasa!
Es cierto, tenéis razón, lo mejor es quejarse delante de la pantalla, no sea que podamos pasar frío.
#4 Ése es el espíritu, ahora manifestémonos también contra el cáncer, contra los terremotos y contra el frío se van a enterar!
#4 No te confundas, que no estoy haciendo un llamamiento a la inmovilización ni atacando cualquier acción reivindicativa. Sólo ataco las que considero poco útiles.
En este país desde la Transición existe una mentalidad que hace muy difícil la obtención de conquistas económicas, sociales o de cualquier tipo. En cuanto un colectivo quiere luchar por algo (cosa que ya es difícil de conseguir hoy día) lo primero que viene a la cabeza es manifestarse. Algo que no siempre es útil, porque una manifestación de 50 personas por X causa ni es una demostración de fuerza ni rompe demasiado la monotonía y la actividad cotidiana de la ciudad (sobre todo si está controlada por la policía) ni sirve para ejercer demasiada presión a quien se le quiere sacar el objetivo perseguido.
Pero la propaganda que llevan a cabo la mayoría de medios de comunicación desde que en este país existe la democracia, propaganda en forma de aprobación y aplausos a las protestas en forma de manifestaciones pacíficas y controladas por los antidisturbios, ha terminado inoculando en la mayoría de la población de este país la idea de que la solución ante un problema es manifestarse. Cosa que, como en este caso, suele ser poco útil por sí sola. Para colmo, cuando alguien hace algo realmente útil (piquetes-rompen-cristal-autobus-ninos-dentro-granollers) somos nosotros los primeros en ponerlo a parir.
De este modo, se genera un ambiente letal para cualquier tipo de protesta colectiva: o se recurre a lo que está bien visto, que suele ser inútil (si no lo fuera no estaría tan bien visto), o se optan por otras tácticas con las que es más fácil obtener resultados pero que conllevarán la lapidación hacia ti por parte de la opinión pública.
Hasta las narices estoy ya de CCOO, de UGT y de todos los que piensan que la solución para todo es dar un paseo por la ciudad.