Mientras la opinión pública sigue con un interés morboso, y sin escandalizarse, la relación entre el rey Juan Carlos con una alemana, me pregunto cómo hubiera reaccionado si fuera la reina Sofía quien tuviera un “amigo entrañable”. Aunque, las leyes otorgan la igualdad entre los géneros, la persistente cultura patriarcal sigue sin reconocerla. Incluso puede que fuese ella misma, quien a pesar de su poder, renunciase por su educación tradicional y religiosa a ejercer este derecho. ¿En qué lugar queda su “libre elección”?
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